Entre Ríos es hoy un hervidero. Luego de la decisión de la asamblea ambientalista de Colón de no cortar la ruta que une esa ciudad con Paysandú, la presión sobre los asambleístas de Gualeguaychú para que levanten el bloqueo del paso a Fray Bentos parece aumentar. Ayer habló el intendente de Colón, Hugo Marsó. Fue audaz al no descalificar a la empresa finlandesa Botnia ("Todo indica que no tendrá un impacto ambiental tan negativo", dijo) y aseguró que en Gualeguaychú, donde sí cortan el camino y por tiempo indeterminado, hay un "extremismo exacerbado".
En diálogo con el canal de cable TN, Marsó agregó: "Hoy por hoy, todo indica que Colón será el paso alternativo al Uruguay" el próximo verano. "Acá no hay gente que esté dispuesta a ir al puente y llevar adelante el corte, pero no porque no crean necesario acompañar a Gualeguaychú", explicó. En efecto, la de Colón ha sido una asamblea que siempre acompañó las decisiones que se tomaron en aquella ciudad.
"Hay extremismos exacerbados respecto de algunos planteamientos. Al haber una sola planta, el impacto ambiental sería mucho menor. Yo pongo en duda algunas medidas extremas", aseguró en referencia a la metodología de corte de ruta, la forma que eligieron los asambleístas para protestar por la instalación de las pasteras.
El gobernador provincial, Jorge Busti, por su parte, reivindicó a la asamblea de Colón. "Marca un camino", dijo en declaraciones radiales. Se refería a lo que para él y para el Gobierno nacional sería la protesta ideal: que se opongan a las pasteras pero sin cortar las rutas. Hay que recordar que Colón también votó el domingo pedir una audiencia con el presidente Néstor Kirchner. En tanto el abogado Miguel Martínez, de una de las asambleas ambientales de Colón (en total hay cinco), reveló que durante la reunión de ayer con vecinos de esa ciudad se consideró que los cortes de ruta son "una estrategia agotada".
(Clarin, 28/11/2006)