Las montañas cubren el 20% de la superficie terrestre del planeta, constituyen la fuente de más de la mitad del agua de la Tierra, son grandes centros de diversidad biológica y cultural y motivan inspiración y espiritualidad. Sin embargo, tienen una adaptabilidad baja y son altamente vulnerables al cambio. Más de 40 expertos, miembros de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), pidieron al mundo que proteja y restaure las zonas que conectan hábitat de montañas.
"La conectividad es necesaria como mecanismo de defensa contra el cambio climático: permite proteger las fuentes de agua, asegura la sobrevivencia de la vida silvestre y puede preservar otros recursos de los cuales dependen las comunidades que viven en las montañas", dijo David Sheppard, Jefe del Programa Mundial de Áreas Protegidas de la UICN. Las montañas cubren el 20% de la superficie terrestre del planeta, constituyen la fuente de más de la mitad del agua de la Tierra, son grandes centros de diversidad biológica y cultural y motivan inspiración y espiritualidad. Sin embargo, tienen una adaptabilidad
baja y son altamente vulnerables al cambio.
"Las montañas son uno de los ecosistemas más amenazados por el cambio climático", afirma Fausto Sarmiento, profesor de geografía de montaña y Vicepresidente delegado de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP) - Bioma de Montaña. "Debido al calentamiento globlal, las especies que viven en las montañas se ven forzadas a moverse a altitudes mayores, los glaciares desaparecen a una velocidad alarmante y las fuentes de agua son afectadas drásticamente", asegura.
En las últimas décadas, los parques y las áreas protegidas han sido la mejor herramienta para mantener los habitat de montaña. Sin embargo éstas, de manera aislada y aún a pesar de su tamaño, son insuficientes para proteger especies que requieren de paisajes de gran extensión o que migran entre ambientes de elevaciones altas y bajas. "Necesitamos pensar en grande, para asegurar el futuro de la diversidad biológica", dijo Graeme Worboys, Vicepresidente de la CMAP - Bioma de Montaña. "Restaurar y proteger los hábitat que vinculan áreas protegidas es una manera de incrementar altamente la habilidad
de las especies de moverse y adaptarse al cambio climático", anotó.
Los seres humanos también dependen de las zonas de montaña. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), estima que alrededor de 770 millones de personas, es decir, el 12% de la población mundial, vive en ellas. "Los ecosistemas de laderas agrícolas sostienen a millones de pequeños agricultores, quienes viven, en su mayoría, en comunidades marginales", dijo Lawrence Hamilton, Consejero de la CMAP. "Cerca de la mitad de estos ecosistemas muestran signos de degradación ambiental seria, resultado de la deforestación, el sobrepastoreo y prácticas agrícolas nocivas", concluyó.
Los más de 40 participantes del taller Conectividad para el Manejo de Montañas, provenientes de 17 países, firmaron la Declaración de Papallacta, que pide a las comunidades, los gobiernos, las ONGs, sector privado, grupos religosos, academia e instituciones de investigación actuar de manera coordinada para promover la conectividad en y alrededor de las montañas. La Declaración de Papallacta fue presentada al Subsecretario de Capital Natural del Ministerio del Ambiente de Ecuador, Alfredo Carrasco. El trabajo realizado en este taller se convertirá en una publicación que será lanzada en 2008.
(Eco Portal, 26/11/2006)