El gobierno argentino redoblará su ofensiva contra la empresa finlandesa Botnia tras la decisión de levantar la fábrica de pasta de celulosa en Fray Bentos tomada por la española ENCE. Así lo confirmó ayer a Clarín una alta fuente oficial para quien los hechos demuestran que "fue correcta" la presión ejercida por la Argentina ante los organismos financieros internacionales de crédito, en especial ante las autoridades del Banco Mundial, para que no presten financiamiento a las pasteras que se están construyendo en la cercanía de la ciudad uruguaya de Fray Bentos.

En el Gobierno creen también adecuada la presentación realizada ante el Tribunal Internacional de la Haya. A propósito de este litigio, durante la jornada de ayer el equipo de juristas que defiende la causa se reunió en la Cancillería. Participaron, entre otros, la jefa del equipo y asesora legal del ministerio, Susana Ruiz Cerrutti, la secretaria de Ambiente y Desarrollo sustentable, Romina Picolotti, el director de Asuntos Ambientales de la Cancillería Raúl, Estrada Oyuela, los abogados que representan a los ambientalistas de Gualeguaychú y los profesionales extranjeros contratados por el Gobierno. Fue un encuentro para perfilar la redacción de la memoria que funda la posición del Gobierno por el entredicho con el Uruguay, que se presentará el 15 de enero.

Al finalizar el cónclave Picolotti declaró a este diario que "la Argentina no ha sido notificada aún del retiro de ENCE, pero significa que teníamos razón en el planteo". Y en sintonía con lo que se piensa en la Casa Rosada, Picolotti pidió a "Botnia que colabore en la solución del conflicto". Si bien el Gobierno adjudica efectividad a la presión realizada en el Banco Mundial, los funcionarios reconocen que ENCE tuvo otras dificultades, además de los problemas de financiamiento. Trascendió que los españoles tienen malas relaciones con los finlandeses de Botnia por la prepotencia con que se han manejado en medio del lío entre las pasteras y los gobiernos del Uruguay y la Argentina.

Y se habrían quejado también del anterior gobierno uruguayo que autorizó en tiempo récord la instalación de Botnia al lado de ENCE que tuvo una tramitación mucho más larga. De todos modos, tanto en la Cancillería como en otros ámbitos de la administración kirchnerista tienen en claro que Botnia cuenta con mayores posibilidades de financiamiento que ENCE. No obstante la especulación oficial pasa por estimar que los bancos privados difícilmente presten dinero a Botnia sin el visto bueno del Banco Mundial.

En el Gobierno aseguran que salvo las charlas informales que mantuvieron en Nueva York las delegaciones de la Argentina y el Uruguay, no hubo ninguna reunión formal por este tema. Los funcionarios nacionales dicen que conviene primero esperar hasta saber qué hará ENCE. Y que habrá que estar en guardia si los españoles y el gobierno uruguayo definen construir su planta cerca de la ciudad de Paysandú, frente a la también turística Colón. Si así sucediera, el gobierno va a reclamar que se cumpla con lo dispuesto por el tratado del río Uruguay que dispone una consulta previa para cualquiera de los dos países ante la construcción de una pastera, porque puede afectar el ambiente.
(Por Atilio Bleta, Clarin, 24/09/2006)
http://www.clarin.com/diario/2006/09/24/elpais/p-01201.htm