Kirchner anuncia hoje investimentos para relançar plano de desenvolvimento nuclear no país (em espanhol)
2006-08-23
El Gobierno anunciará hoy el plan de reactivación del sector nuclear que apunta—entre otros objetivos salientes— a terminar la central de Atucha II, iniciar los estudios para la construcción de una cuarta usina atómica y retomar la producción de uranio enriquecido que se había interrumpido en los 80. El paquete de medidas que se apresta a poner en marcha la administración kirchnerista implicarán en los próximos ocho años una inversión cercana a los US$ 3.500 millones y permitirán generar —según los datos oficiales— no menos de 6.000 nuevos puestos de trabajo.
De acuerdo con los datos obtenidos por Clarín, el nuevo "Plan Argentino Nuclear" que se lanzará en la Casa Rosada se focalizará en la reactivación de dos cuestiones estratégicas: la generación de energía nucleoeléctrica y el desarrollo de las aplicaciones y los servicios de la tecnología nuclear en los sectores de la salud, la industria y la actividad científica.
Junto con la conclusión de la Atucha II, que ya lleva 25 años en obra, el plan de relanzamiento del sector nuclear también prevé la extensión de la vida útil de la central de Embalse, el incremento de la producción de agua pesada en la planta neuquina de Arroyito y un fuerte impulso a la construcción del reactor de potencia Carem que hasta ahora no ha pasado de ser un prototipo.
La decisión oficial de salir a reflotar el desarrollo nuclear se basaría, en principio, en una doble cuestión económica y política. Por el lado económico, aparece la necesidad de buscar una fuente de generación de energía alternativa para hacer frente a los aumentos del precio del petróleo y la caída de las reservas de crudo y gas que se registran en el país.
Sin llegar a reconocer que el sector eléctrico está en una situación crítica, los funcionarios de la Secretaría de Energía admiten que la central Atucha II será vital para atender el abastecimiento de los próximos años y, al mismo tiempo, reducir el consumo actual de gas y fuel oil que demandan las centrales térmicas. Cuando entre en servicio Atucha II utilizará 200 kilos de uranio que permitirá liberar más de 3 millones de metros cúbicos diarios de gas natural para las industrias y los usuarios residenciales.
A eso se agrega el tema vinculado con el medio ambiente y el efecto invernadero. Tanto la central de Atucha II que se prevé concluir, como la nueva usina nuclear de 1.000 MW que se em pezaría a construir a partir del 2010 no emitirán Dióxido de carbono (CO2), ni contaminarán el ambiente como lo puede hacer una generadora térmica.
En tanto, por el lado político lo que busca el Gobierno es una reinserción internacional en un sector muy sensible, pero con grandes posibilidades de aportar negocios al país por medio de la venta de equipos y servicios a los estados que no cuentan con desarrollo nuclear. Una muestra de esto se concretó hace unos días con la provisión de un reactor para Australia que fue construído en forma conjunta entre el INVAP y la CONEA.
De todas las medidas del plan nuclear, la que promete generar más resquemores y posibles cortocircuitos con los Estados Unidos es la reactivación de la planta de enriquecimiento de uranio. Para el Gobierno, el hecho de retomar la producción de uranio enriquecido en la planta piloto de Pilcaniyeu apunta a no quedar rezagado frente a Brasil que ya está construyendo su primera planta industrial de este tipo para abastecer la demanda regional y mundial.
Para las autoridades de Energía, este punto no debería provocar problema alguno con la administración norteamericana porque todas las actividades se desarrollarán bajo el paraguas del acuerdo de cooperación firmado con el gobierno de Canadá y la Atomic Energy Of Canadá Limited (AECL) trabajan estrechamente bajo las normas y supervisión de los EE. UU.
La terminación de Atucha II —que partir del 2010 aportará al sistema eléctrico una generación adicional de 725 MW— implicará una inversión de US$ 500 millones. A eso se sumarán otros US$ 200 millones para que la planta de Arroyito pueda producir las 600 toneladas de agua pesada que requerirá la central para empezar a funcionar.
En tanto para la extensión de la vida útil de la central Embalse por 25 años, la inversión prevista treparía a US$ 400 millones. La mayor parte de los recursos que prevé desembolsar el Estado para reactivar el sector nuclear irán a parar a la construcción de la cuarta central atómica. Las obras - que arrancarían dentro de cuatro años —se llevarán entre US$ 1.500 y 2000 millones.
(Por Antonio Rossi, Clarin, 23/08/2006)
http://www.clarin.com/diario/2006/08/23/elpais/p-01501.htm