Os transgênicos não são uma solução à fome do planeta (em espanhol)
2006-08-18
Se calcula que para el 2025 seamos 8.000 millones de habitantes en el mundo. Alimentar a semejante población es todo un reto y algunos intentan vendernos las semillas transgénicas como una de las posibles soluciones al hambre del planeta. Pero la solución no es esa, sino la eliminación de la deuda externa y la soberanía alimentaria de los países en vías de desarrollo. "Frente a quien mantiene que la agricultura ecológica es un capricho de niños ricos, sostenemos que el capricho de los niños ricos es el de aumentar la cuenta de resultados de sus empresas"
Pese al desarrollo y extensión de los OGM, soja, arroz, maíz y trigo, fundamentalmente, y sus supuestas bondades, la cantidad de personas que padece hambre pasó de 834 a 852 millones entre 1995 y 2002. El objetivo del Milenio, reducir el nivel de pobreza de 1990 a la mitad en 2015, empieza a ser una quimera. El hambre en el planeta no se soluciona con la agricultura transgénica que representan lo países ricos, sino con la eliminación de la deuda externa y con la soberanía alimentaria de los países en vías de desarrollo.
Los beneficios del libre mercado que defienden los grandes partidos de la derecha y de la socialdemocracia parecen concentrarse en las 691 personas más ricas del planeta, mientras que quien vive de la agricultura tradicional en los países en desarrollo sufre constantes agresiones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, que protegen sus producciones y no permiten a lo pobres que definan su política agrícola.
Pero esta situación se puede agravar aún más si la Unión Europea impone sus acuerdos agrícolas a los países de África, Caribe y Pacífico para el 2008. Estos acuerdos harían competir al cerealero de trangénicos francés, que cosecha de promedio 1.000 toneladas de trigo por explotación, con el agricultor africano que apenas produce una tonelada de mijo biológico, cuando, además, el primero recibe unos 56.000 euros de ayuda directa y, el segundo, nada.
Hoy, las multinacionales propietarias de las semillas transgénicas, están dispuestas a conquistar los mercados externos y a marginar a la agricultura campesina. Se está destruyendo un modelo agrícola social y ecológicamente sostenible basado en pequeñas explotaciones familiares y concentrado en el mercado interno.
Frente a quien mantiene que la agricultura ecológica es un capricho de niños ricos, nosotros sostenemos que el capricho de los niños ricos es el de aumentar la cuenta de resultados de sus empresas, a costa de destruir personas y ecosistemas en países en vías de desarrollo, y que la mayor perversidad es hacerlo en nombre de la humanidad.
(Por Patxi Coira, Eco Portal, 17/08/2006)
http://www.ecoportal.net/content/view/full/62247