Taiana reitera que Argentina não irá aceitar instalação das papeleiras (em espanhol)
2006-07-28
Se oyó un pronunciado murmullo cuando alguien se salió de las reglas pautadas y le preguntó a Jorge Taiana cómo se iba a pagar el gasto de salud de los vecinos afectados por las pasteras. El canciller, que había leído durante 38 minutos un discurso que buscó seducir a los asambleístas, desestimó esa posibilidad y halló en un puñado de palabras el modo de controlar el embate que partía desde el fondo del teatro. "No vamos a aceptar la construcción de las papeleras. Por su tamaño, ubicación y tecnología, producen un daño irreparable", dijo.
Acaso sin buscarlo, el asambleísta que lanzó su pregunta desde el anonimato —estaba acordado que todas las preguntas iban a ser presentadas por escrito y con el nombre del autor—, logró un efecto dominó: las 300 personas que participaron del encuentro ovacionaron las palabras del canciller y el intervalo derivó en un improvisado ida y vuelta.
"¿Usted apoyaría el monitoreo conjunto que propone Uruguay? ¿Qué hacemos si no se desmantelan las plantas? ¿Sirve de algo seguir insistiendo con el diálogo?", se preguntaba desde los distintos rincones del teatro. Taiana aprovechó la catarata de cuestiones para poner el foco donde lo creyó conveniente. Resaltó que Argentina "ha elegido el camino del derecho". Y fue tajante para condicionar las conversaciones con el gobierno de Tabaré Vázquez. "El diálogo debe realizarse sobre bases realistas. No podemos aceptar que restrinja nuestros derechos", opinó.
Aunque el discurso estuvo cargado de definiciones en contra de la postura uruguaya, el funcionario se guardó para el cónclave la concreción de dos anuncios. Aseguró que la semana que viene comienza el trabajo de los técnicos para confeccionar la "memoria" que Argentina presentará el 15 de enero en La Haya (con la novedad de que invitó a dos abogados de la asamblea para que se integren al equipo). Y reveló que en setiembre vendrán a Gualeguaychú el francés Alain Pellet y Philip Sands, dos de los especialistas que integraron el equipo argentino que cosechó un primer fallo adverso en La Haya.
"Pasamos el examen", contó después a Clarín uno de los hombres que colaboró en el armado del texto. Es que, en rigor, el encuentro con los asambleístas se presentaba con un escenario adverso. El Gobierno no había logrado convencer a la Asamblea de que se realizara en Buenos Aires, y los asambleístas habían dispuesto esperar al canciller con una larga lista de preguntas.
Se palpaba en el ambiente, ante cada respuesta del canciller, que los asambleístas aún no terminaron de digerir el revés en el Tribunal de La Haya. Pero entre las urgencias de ambos sectores se colaron gestos conciliadores: Taiana endulzó varias veces los oídos de los asambleístas y, desde las butacas, se le retribuyó con interrupciones de aplausos.
"Valoro la acción desarrollada por los ciudadanos de Gualeguaychú en defensa de sus intereses, de su futuro y de su ambiente. Quizá si en muchos temas tuviéramos esa vocación tan decidida de participar, seguramente tendríamos mejores resultados a nivel general", sostuvo Taiana, quien un día antes había avalado los cortes de ruta en la respuesta que la Cancillería le dio a la demanda uruguaya ante el tribunal del Mercosur.
Y no sólo circunscribió sus elogios al accionar de los asambleístas, movilizados desde agosto de 2003 contra las papeleras, sino que se acercó a sus consignas con un tono meramente político. "Uruguay violó tres veces los derechos e intereses de Argentina, poniendo en riesgo el bienestar y la salud de una parte de la Nación, al aprobar la construcción y funcionamiento de las plantas Botnia y ENCE", señaló.
De todos modos, también hubo momentos álgidos. Taiana debió escuchar el petitorio con doce puntos que leyó la secretaria de la Asamblea, Marta Gorosterrazú, en la que —entre otras cosas— se le pedía una sanción para su vicecanciller, Roberto García Moritán, y se le exigía que "en caso de ser necesario" se retirase al embajador argentino en Uruguay. Cuando le tocó responder, el canciller respondió que no lo creía "prudente ni positivo".
(Por Santiago Fioriti, Clarin, 28/07/2006)
http://www.clarin.com/diario/2006/07/28/elpais/p-00301.htm