Con el fin de delinear una estrategia común para reencauzar las relaciones con Argentina, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez convocó para hoy (17/07) a una reunión a los líderes de la oposición Jorge Larrañaga (Partido Nacional), Julio María Sanguinetti (Partido Colorado), Pablo Mieres (Partido Independiente) y Aldo Lamorte (Unión Cívica, partido que actualmente no tiene representación parlamentaria).

Además de ser una nueva señal de unión del sistema político uruguayo con respecto a la instalación de las plantas de celulosa, este encuentro —del que también participará Jorge Brovetto, actual ministro de Educación y Cultura, en su calidad de presidente del Frente Amplio— es considerado clave en Uruguay ya que no son pocos lo que piensan que, por no haber consultado a la oposición en uno de los pocos temas en que todos hacen causa común, y no haber abonado debidamente el terreno, fracasaron las negociaciones con la Argentina.

Desde que se conoció el fallo de la Corte de La Haya, e inclusive después de las declaraciones del presidente Néstor Kirchner de este fin de semana sugiriendo que los organismos de crédito dejen de financiar a las plantas, la línea bajada por Tabaré hacia adentro de su gobierno ha sido siempre la misma: máxima mesura y evitar gestos triunfalistas.

Parece como que ese guante lo hubieran recogido también dirigentes de otros partidos. De todas formas, ya se escucharon algunas quejas: "Para los códigos que manejamos en Uruguay, me es muy difícil entender la lógica del presidente Kirchner", le dijo a Clarín Pablo Mieres. "Con sus declaraciones plantea una estrategia de poca prudencia y fuerte confrontación, que no me parece la adecuada para este momento de relacionamiento entre ambas partes", agregó.

El ex presidente Jorge Batlle (partido Colorado) tampoco compartió los dichos del mandatario argentino, pero fue algo más cauto: "Las palabras de Kirchner no fueron las más adecuadas, me parece que no fueron el mejor introito para el inicio de una conversación, la que Uruguay sin duda debe empezar a gestionar".

Allegados al gobierno uruguayo confiaron a este diario que la idea es "seguir en la misma tónica de cautela" y, sin bien se tiene claro que Uruguay va a tener que tomar la iniciativa del diálogo, antes de dar ese paso esperará, en la medida de lo posible, "alguna señal más aperturista por parte del gobierno argentino". Todo parece apuntar a que Tabaré, el canciller Gargano y el embajador en Argentina Francisco Bustillo sean los principales articuladores de la recomposición de la relación. (por Guillermo Pellegrino, Clarin, 17/07/2006) http://www.clarin.com/diario/2006/07/17/elpais/p-01101.htm