El Gobierno acusó el golpe, pero sostiene que el juicio sigue y que hará cuanto pueda para evitar la contaminación del Río Uruguay. El presidente Kirchner recibió al canciller Jorge Taiana a media tarde. La Cancillería ya había emitido un comunicado sobre la resolución con un título que busca relativizar daños: "Los derechos argentinos están preservados". Taiana se sostuvo en ese idea cuando dialogó con Clarín sobre el estado del conflicto después de otra adversidad.

"Las posibilidades de que se suspendieran las obras era escasas. Lo sabíamos. Siempre fue nuestra hipótesis de máxima —admitió el canciller—. Lo que debe importarnos es que la Corte expresamente dice que Uruguay asume los riesgos de la construcción de las plantas y que, durante el juicio, la misma Corte podría, en caso de decidir hasta su desmantelamiento".

Que el Gobierno conocía su destino en La Haya es seguro: este diario ha adelantado sobre las prevenciones oficiales ante el fallo. Pero Kirchner decidió perseverar en la idea de que el juicio por la cuestión de fondo sigue vigente: esto es, si Uruguay violó o no sus compromisos con l tratado del Río Uruguay de 1975.

Aún desde la debilidad, la expectativa oficial está cifrada en que el Tribunal no demore su fallo definitivo más allá de 2008, bastante antes de lo usual en estos casos, y en la posibilidad de relocalización de una de las plantas, de ENCE, motivo ya de negociación con la empresa española.

Según esta línea de acción, el Gobierno considera que las continuas apelaciones de Uruguay a retomar la negociación ocultan la urgencia de asegurar el financiamiento de las obras. De hecho, Montevideo aún aguarda la posición de la Corporación Financiera Internacional, el organismo del Banco Mundial involucrado en la financiación.

Sobre la invitación a monitorear las obras, una muy calificada fuente oficial usó un sarcasmo: "Vayamos juntos a ver cómo contaminan". No parece haber igual voluntad de diálogo de este lado del Río de la Plata. Se ha dicho: Kirchner seguirá haciendo cuanto tenga a su alcance de modo que no haya quien pueda recriminarle nada. Fue por ese camino como llegó a La Haya, tribunal natural de los diferendos en torno al Río.

Esa decisión, más la designación de la abogada Picolotti en la secretaría de Ambiente le permitieron a Kirchner manejar el costado más sensible del conflicto: los cortes en Gualeguaychú. Taiana hizo una apelación antes de que se conociera la decisión de los asambleístas: "Decidimos ir a la justicia. Ahora hay que manejarse en el marco del derecho".
(Por Walter Cúria, Clarin, 14/07/2006)
http://www.clarin.com/diario/2006/07/14/elpais/p-00403.htm