A vida próximo ao rio Riachuelo: "Nós estamos morrendo aos poucos" (em espanhol)
2006-06-22
Lo dice María del Carmen Brite. Fue una de las vecinas que inició una causa por la cual la Corte acaba de intimar a la Nación, la Provincia y la Ciudad para que presenten en 30 días un plan de limpieza integral.
Nos estamos muriendo de a poco". La vida de María del Carmen Brite cabe en bolsitas. Orgullosa, abre una de plástico grueso, parada en un cuadradito con más barro que pasto frente a su casa en Villa Inflamable, Avellaneda, a veinte cuadras de la Casa de Gobierno. "Acá están algunas de las denuncias que hicimos". Nueve hijos, 48 años sufridos y varios "aprietes" por no callarse la boca, María del Carmen es una de los 150 vecinos que inició la causa judicial que el martes derivó en la intimación de la Corte a los Gobiernos nacional, bonaerense y porteño para que presentan un plan de saneamiento del Riachuelo.
"Este es un cartel que me regaló la Reina de Gualeguaychú. Y esta —muestra una foto— es la pierna de Emir". Emir es su hijo de diez, una cara sonriente que asoma, flacucha, de un guardapolvo blanco. La foto muestra las marcas más visibles del nivel de plomo que le descubrieron en un análisis de sangre hace tres años.
"Esto sólo es la alergia. Todavía no sabemos lo que le pasa por dentro", se aflige María del Carmen con sus bolsas de nylon, todavía en el pasto ennegrecido del frente de su casa. Adentro dirá que tiene otra con los documentos de Emir y sus hermanitos, Camila (9) y Yair (3). "La tengo preparada, cerca de la puerta, para salir corriendo con los chicos, si explota todo. Acá encendés un fósforo y se incendian 60 kilómetros a la redonda". Ella vive así, al borde de la explosión, desde el 77, cuando se mudó de Chacarita a Villa Inflamable, la parte más olvidada de Dock Sud. Un mojón del Riachuelo, en el que tres mil almas sobreviven en el más absoluto de los olvidos alrededor del Polo Petroquímico de Dock Sud.
En esas 222 manzanas están algunas de las 44 empresas denunciadas por los vecinos como responsables de la suciedad del cauce. Tendrán el mismo plazo que los tres Estados que comparten la cuenca, 30 días, para presentar un informe sobre sus sistemas de tratamiento para evitar la contaminación (ver La Corte...).
"Cuando estaba embarazada de nueve meses de Camila me ahogué, fui al Fiorito y me tuvieron que entubar", cuenta María del Carmen, que a pesar del ataque, no sabe si está contaminada. "A los nenes les hacen gratis los exámenes pero los adultos tenemos que pagar los reactivos. Para el tolueno y el benceno cuestan 160 pesos cada análisis. El plomo es más barato, sale 55". En 2003 la Agencia de Cooperación Japonesa (JICA) analizó los niveles de plomo en 254 chicos del barrio. En 76 encontraron niveles altos de plomo y tolueno, dos sustancias que pueden provocar cáncer. Los niveles de Emir superan los 10 microgramos por decilitro de sangre, el límite considerado peligroso.
Entre otras cosas le provocan ronchas en la piel. Para combatirlas tiene que colocarse una pomada y hacer una dieta especial para la que nunca alcanza plata. La familia Brite vive de un plan social de $ 150. La alergia también duele debajo de la piel. El año pasado, María del Carmen quiso anotarlo en la pileta municipal de Fiorito: "No pasó el apto médico. Nadie acá lo aprueba". El martes la Corte evitó pronunciarse sobre la creación de un fondo de compensación económica para los contaminados. "No pedimos plata, sólo que nos paguen los tratamientos —descarga María Marta en el fondo de su casa—. Nos estamos muriendo de a poco".
(Por Elena Peralta, Clarin, 22/06/2006)
http://www.clarin.com/diario/2006/06/22/laciudad/h-03801.htm