Para evitar falta de energia, Argentina importará 4,5 bilhões de pesos em combustíveis este ano (em espanhol)
2006-06-12
El impacto económico que deberán afrontar este año el Gobierno y los grandes usuarios por la crisis energética se ubica en torno de los 4.500 millones de pesos por el doble impacto de una mayor demanda interna de gas y electricidad y el incremento registrado en los precios de los diversos combustibles importados.
De acuerdo con los cálculos que barajan los técnicos del área oficial y del sector privado, la "factura extra" que habrá que pagar en el 2006 por la continuidad de la emergencia energética será un 50% más cara que la del año pasado. La mayor parte del "sobrecosto" que se generará por las dificultades energéticas será atendido con recursos del Tesoro y una pequeña porción se trasladará a los medianos y grandes clientes del sector industrial y comercial.
Al igual que en 2004 y 2005, la decisión que tomó el Gobierno es seguir manteniendo al margen a los usuarios residenciales y absorber los costos económicos que sobrevendrán por el impacto de la crisis. Ocurre que con la inflación pisándole los talones, el Gobierno no quiere ni hablar de ajustes tarifarios para el segmento domiciliario.
Los coletazos del faltante de energía se sentirán básicamente en los gastos adicionales que habrá que cubrir por la compra de combustibles líquidos para las usinas térmicas, los mayores volúmenes y precios del gas proveniente de Bolivia y la desgravación fiscal para facilitar la importación temporaria de gasoil.
Al analizar las principales variables que inciden en el costo de la crisis energética, se registra el siguiente cuadro de situación: Centrales térmicas: La generación térmica aporta cerca del 55% de la energía eléctrica que consume el país. Como no hay suficiente producción de gas para abastecer durante todo el año a las usinas, se debe recurrir a la importación de combustibles alternativos como el fuel oil y el gasoil.
En el año 2004, se trajeron de Venezuela 850.000 tn. de fuel oil y unas 80.000 tn. de gasoil. Al año siguiente, se ampliaron las compras a otros proveedores y se importaron 1,2 millones de tn. de fuel oil y cerca de 200.000 tn, de gasoil para las máquinas térmicas. Para este año, se prevé importar casi 1,5 millones de tn. de fueloil y 300.000 tn. de gasoil de Venezuela y otros mercados que costarán no menos de $ 2.300 millones. A ese gasto habrá que agregar la deuda de $ 700 millones que volverá acumular este año el Estado con los generadores por la liquidación parcial de la energía suministrada a la red.
Abastecimiento de gás
La caída en la producción de gas de 1,4% registrada en el 2005 podría repetirse este año. Eso obligará a importar el volumen máximo de 7,7 millones de metros cúbicos diarios que está previsto con Bolivia y a elevar los recortes de las exportaciones a Chile. El año pasado, la poda en los envíos al mercado trasandino se ubicó en un promedio de 8 millones de metros cúbicos y este año podrían superar los 12 millones de metros cúbicos por día.
En el caso del gas boliviano, el precio promedio que se ha pagado durante los primeros cinco meses del año se ubicó en US$ 3,20 el millón de BTU, un 35% más caro que lo que se abonó en 2005. Y ahora, tras la nacionalización de los hidrocarburos que dispuso Evo Morales se abrió una nueva negociación para llevar el precio cerca de los US$ 5. Entre los nuevos valores que se pagarán a Bolivia y lo que se dejará de vender a Chile, se espera un impacto económico del orden de los $ 1.000 millones.
Escasez de gasoil
Desde hace dos años, se volvió a importar gasoil para poder atender la mayor demanda del agro, las industrias y el transporte. Tras el visto bueno del Congreso, el año pasado se trajeron del exterior 600.000 metros cúbicos de gasoil libres de impuestos. Para este año, se autorizó una importación temporaria con desgravación fiscal de hasta 1,2 millones de metros cúbicos de gasoil.
Esta solución transitoria —que amenaza con convertirse en permanente ante la doble caída de la producción y las reservas petrolíferas— implicará para las arcas estatales una reducción de 500 millones de pesos en las recaudaciones del impuesto a la transferencia de combustible y tasa al gasoil. El problema es que con esos fondos se financian obras viales y se pagan los subsidios a las empresas de colectivos, trenes y camiones.
(Por Antonio Rossi, Clarin, 11/06/2006)
http://www.clarin.com/diario/2006/06/11/elpais/p-01815.htm