Argentina ataca unilateralidade do Uruguai no processo das papeleiras em Haia (em espanhol)
2006-06-09
Los abogados que litigan ante la Corte Internacional de Justicia deben, por norma, vestir como lo harían en los tribunales de sus países. El inglés Philippe Sands, principal expositor de la postura argentina en el juicio por las papeleras, ayer se presentó ante los jueces con reglamentaria peluca de rulos blancos y toga negra. Dijo que Uruguay "le retaceó información" a Argentina sobre la construcción de las plantas de Fray Bentos y, aun así, avanzó con las obras y violó compromisos binacionales.
"El daño ambiental en el río Uruguay ya está consumado", sostuvo Sands en la primera audiencia de este pleito. "Uruguay tiene obligación de cumplir un tratado que los dos Estados firmaron sobre el río común en 1975. Cuando se refiere a las fábricas de celulosa, no puede hablar de soberanía como si el río fuera solamente suyo; cada vez que lo hace, está violando derechos argentinos", enfatizó.
La representante de los asambleístas de Gualeguaychú, Romina Picolotti, había advertido minutos antes que, además, en toda esa área se están afectando el derecho a la salud y otros derechos humanos básicos. La consejera legal de la Cancillería, Susana Ruiz Cerutti, había sido la encargada de iniciar el planteo argentino para pedirle a la Corte que suspenda ya las obras en Fray Bentos como medida cautelar.
Ruiz Cerutti quiso aplicar el arte de la diplomacia y manifestó que era "una verdadera pena" que Uruguay, país "con fuertes lazos sociales e históricos" con la Argentina, fuera un rival. Menos gentiles, los uruguayos contestaron a su turno que ellos no esgrimen la defensa del medio ambiente como última moda, sino como vieja política de Estado.
Argentina demandó a su vecino porque considera que, con la supuesta violación del Estatuto del Río Uruguay, incurrió en lo que se denomina "responsabilidad internacional". Como el tribunal puede tardar cuatro o cinco años en dirimir este conflicto, el Gobierno vino hasta Holanda a pedir que, mientras tanto, se ordene la suspensión de las obras proyectadas por ENCE y Botnia.
Hoy se realizará la última audiencia por este pedido de medida provisional. El juicio se desarrolla en el Palacio de la Paz, un castillo rodeado por bosques y decorado con vitrales. Los 15 jueces de la Corte no anunciarán antes de fines de julio si acceden o no a lo que Argentina solicita.
El abogado Sands es profesor de la Universidad de Londres y tiene como socia a Cherie Blair, la esposa del premier inglés. No fue el único que ayer vistió toga del lado argentino. Marcelo Kohen, porteño radicado en Ginebra, y Laurence Boisson de Chazournes, suiza, vistieron una con algo de bordó. Alain Pellet, en cambio, lució un modelo francés: rojo furioso, con tres franjas de piel blanca en mangas y espalda.
Ruiz Cerutti insistió en que Uruguay se viene manejando "unilateralmente" desde que recibió las propuestas de ENCE y Botnia. Como ejemplo, la jefa de la delegación puntualizó que Montevideo nunca pudo explicar por qué las pasteras van a construirse ahí y no en otro lado.
Picolotti retomó el punto. Señaló que el río es "muy lento" a la altura de Fray Bentos y eso, sumado a que las dos plantas estarán a una distancia de sólo 7 kilómetros, favorece la contaminación. Luego mostró en una pantalla gigante la foto de un atardecer en una playa de Gualeguaychú para asegurar que "la radio BBC de Londres lo consideró uno de los más bellos paisajes del mundo", lo que movió a risa a Luigi Condorelli, abogado italiano contratado por Uruguay.
Cada orador, de pie sobre un atril, se dirigió a la presidenta de la Corte, Rosalyn Higgins, como "madame president". "Ustedes tienen la oportunidad de reafirmar el compromiso del hombre con la naturaleza", le dijo Picolotti. La suiza Boisson de Chazournes consideró que "Uruguay violó la confianza y buena fe" que le depositó Argentina. Y Pellet marcó que los daños pueden ser "irreparables".
Esa es una clave de este juicio: si el tribunal no considera que las papeleras provocan o están por provocar un daño de tal magnitud, no concederán la medida urgente. Uruguay argumenta que el daño ni siquiera empezó a producirse; Argentina tiene hoy una última chance para convencer a los jueces de lo contrario.
(Por, Pablo Abiad, Clarin, 09/06/2006)
http://www.clarin.com/diario/2006/06/09/elpais/p-00301.htm