Primeiro dia da represa Três Gargantas é dia triste para rios saudáveis do mundo
hidrelétrica três gargantas
2006-06-05
“La ejecución de la primera etapa de la represa Tres Gargantas es un día triste para quienes se interesan en los ríos saludables y en los procesos democráticos de toma de decisión. Este megaproyecto stalinista fue impuesto a la gente del Valle del río Yangtze por intereses políticos y por contratistas que obtuvieron miles de millones de dólares con la construcción”, aseguró hoy (01/06) el director de IRN, la Red Internacional de los Ríos, Patrick McCully.
“Más de un millón de personas fueron desalojadas para dar lugar a la represa, no tuvieron voz en la construcción ni tampoco se les dijo adonde se los mudaría”, destacó McCully quien además es autor del libro “Ríos Silenciados – Ecología y Política de las Grandes Represas”, considerado un clásico sobre los impactos económicos, ambientales y sociales de estas megaobras.
“Ya estamos advirtiendo algunos de los problemas ambientales provocados por el proyecto, como la pérdida de los humedales río abajo en el delta del Yangtze y la acumulación de contaminación tóxica a lo largo de los 600 kilómetros del embalse”, dijo McCully desde la sede de la IRN en Berkeley a Prensa Proteger. “El temor de una rápida acumulación de sedimento en el embalse se utiliza para justificar dos nuevas represas que atrapen este sedimento río arriba. Éstas desplazarán a decenas de miles de personas más, provocando aún más daño ambiental”, adelantó el especialista.
“Sin embargo, todavía existe una luz de esperanza para los ríos de China; los últimos años han sido testigos del rápido crecimiento de una red de activistas chinos dedicados a mejorar el proceso de toma de decisión en lo que respecta a las grandes represas, evitando que los últimos ríos sin represar sean destruidos”, añadió McCully. McCully, quien nació en Irlanda del Norte y es egresado de la Universidad de Nottingham, está considerado la principal autoridad internacional del pensamiento alternativo a las grandes represas. Es miembro del Foro de Represas y Desarrollo del Programa Ambiental de Naciones Unidas. “Ríos Silenciados” fue traducido y publicado por Proteger Ediciones.
La “nueva Muralla China”
Luego de trece años de trabajo se completó la fase inicial de la polémica represa Tres Gargantas, construcción que tiene 185 metros de alto y 2.300 de largo y que obligó el traslado de más de un millón de personas que vivían donde se creará un lago artificial de 660 km para alimentar las turbinas que producirán electricidad. Otras fuentes estiman que la gigantesca represa, llamada también la “nueva Muralla China”, obligó al desplazamiento de casi 2.000.000 de personas de la zona de las Tres Gargantas, provincia de Hubei, en el centro de China, 960 km al sudoeste de Beijing.
Para dejar lugar al agua encerrada, que se elevó hasta más de 120 metros por encima de su nivel natural, 1.200 pueblos y dos ciudades enteras, por lo menos, debieron mudarse del lugar. Zigui, una de las localidades y poblados emplazados en las costas del río Yangtze que quedaron sumergidos, fue escenario de las protestas más activas contra la construcción de la represa. Mucha de esta gente se queja de que las indemnizaciones acordadas desaparecieron a manos de funcionarios corruptos y que no les alcanza para vivir en sus nuevas ubicaciones.
La construcción de la represa estuvo signada por polémicas a raíz de las pérdidas de viviendas y fuentes de trabajo que sufrieron cientos de miles de personas desalojadas. El gobierno chino estimó que al menos 1,2 millones de personas sufrieron desplazamiento a raíz del proyecto, pero grupos humanitarios consideran que son 2 millones quienes afrontan pérdidas de bienes y fuentes laborales. Por otro lado, ecologistas advierten que el embalse detrás de la represa podría terminar siendo un gigantesco estanque de desperdicios para Chongqing, la concentración urbana más grande de China que está 400 km al norte, lo que derivaría en un tremendo desastre medioambiental.
Corrupción escandalosa
En su libro “Ríos Silenciados”, McCully consigna que las cifras oficiales sobre el costo de Tres Gargantas “rondan los 24,5 mil millones de dólares gastados, frente a los 7,5 mil millones de dólares iniciales del presupuesto cuando se aprobó el proyecto en 1992. Las cifras no oficiales se elevan hasta los 72 mil millones de dólares”. McCully relata en su libro que durante la construcción “se habían despedido por corrupción a más de 100 funcionarios de la oficina de reasentamientos y se sentenció a muerte a uno de ellos. Los medios de prensa indicaron que los funcionarios públicos habían malversado al menos 110 millones de dólares sólo entre 1999 y 2000”.
Según autoridades chinas, la represa será fundamental en la producción de energía, sin embargo los datos oficiales permiten conocer que, a pesar de lo que costó, la represa de las Tres Gargantas producirá para 2010 sólo el 2 por ciento de la electricidad de China. Los detractores de Tres Gargantas dudan de que la represa sirva para contener el agua de las intensas lluvias que inundan la zona en verano y opinan que el dique podría ser vulnerable a terremotos. Además, el proyecto se vio también empañado por denuncias de construcción defectuosa: en la presa se encontraron cientos de fisuras, algunas de decenas de metros de longitud.
La construcción estuvo a cargo del grupo China Yangtze Three Gorges Project Company, sociedad fundada por el Estado, que cotiza en bolsa desde 2003. La decisión de poner este proyecto en marcha fue dejada en manos de la actual conducción dominada por ingenieros y ávida de construcciones. Li Peng, un ex funcionario del área de obras hidráulicas, logró que el proyecto comenzara hacia fines de la década del 80, cuando él era premier. Los primeros cimientos se colocaron en 1993 bajo la presidencia de Jian Zemin, un ingeniero educado en la Unión Soviética.
Hoy se festeja la finalización de la represa bajo la presidencia de Hu Jintao, graduado de ingeniero hidráulico y que adoptó como mantra el "desarrollo científico". De todos modos, los críticos de este proyecto —que son muchos, tanto dentro de China como en el extranjero— se preguntan si la construcción de una represa gigantesca es realmente un hecho científico en el siglo XXI, cuando muchos países analizan si es conveniente levantar represas en sus ríos.
(Eco Portal, 01/06/2006)
http://www.ecoportal.net/content/view/full/59926