Botnia leva jornalistas argentinos à Finlândia, nega falta de informações no EIA/Rima e diz que Uruguai nunca pediu para paralisar obras (em espanhol)
2006-05-17
"El gobierno de Uruguay nunca nos pidió oficialmente que detuviéramos las obras de Fray Bentos. Si lo hiciera, lo consideraríamos", dice Annikki Rintala, una de los cuatro vicepresidentes de Botnia. Mientras habla, la mujer mira el mar Báltico desde el octavo piso de la sede central de la compañía, en Helsinki. Rintala, a cargo del área de comunicación de Botnia, agrega su opinión: "Sería económicamente muy fuerte parar las obras y, sobre todo, sería inútil invertir dinero en algo inútil."
La afirmación de Rintala es clave porque uno de los puntos del frustrado acuerdo entre los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez del 11 de marzo en Chile había sido la paralización de las obras de Botnia y ENCE. Kaisu Annala asiente en silencio. La encargada de todos los temas de medio ambiente de Botnia espera su turno y, en un español más que aceptable perfeccionado durante su larga estadía en Uruguay, agrega: "Nos gustaría que la gente en Entre Ríos nos aceptara antes, para no tener miedo innecesariamente. Acá se puede ver claramente que alrededor de las plantas la naturaleza no se ha muerto, se puede pescar y también hay turismo."
Tratar de mostrar eso y dar su versión del conflicto es el motivo de la invitación de Botnia a un nutrido grupo de periodistas argentinos, incluido este medio, para viajar a Finlandia. En este país, el interés por el conflicto generado entre la Argentina y Uruguay por la construcción de las papeleras excede a la empresa. En el Gobierno también reconocen su preocupación porque el tema "desprestigia a Finlandia". Así lo afirma Jukka Uosukainen, encargado de las relaciones internacionales del Ministerio de Medio Ambiente.
Pese a que asegura que el gobierno de Finlandia se mantiene al margen, enseguida cuenta que invitaron al ministro de Salud argentino, Ginés González García, y al subsecretario de Medio Ambiente, Atilio Savino, para discutir el tema y que nunca respondieron. El funcionario acepta que en los años 60 las fábricas de papel contaminaban el agua y los peces no eran aptos para comer. Pero subraya que las cosas han cambiado y "las reglas de control son cada vez más estrictas".
Casi con los mismos argumentos, en Botnia, Annala no parece demasiado convencida de la necesidad de un nuevo estudio de impacto ambiental, ni siquiera después del pedido del Banco Mundial. "Seguramente toda la información que reclaman está en el estudio. Lo que sucede es que tienen unas dos mil páginas y puede ser difícil encontrar la información", dice. Al mismo tiempo, sostiene que el crédito del Banco Mundial no es decisivo porque "Botnia ha buscado otras formas de financiación".
Al término de una larga enumeración de las consecuencias positivas que tendría la instalación de la planta en Fray Bentos, asegura que "será mejor que cualquiera de las que existen en Finlandia". Así y todo, admite algunos puntos negativos: como la alteración del paisaje, la posibilidad de que generen olor —"sólo en situaciones muy puntuales"— y ruidos —"únicamente en los niveles permitidos"—. En cambio, descarta cualquier impacto biológico. "No tenemos más dióxidos que los que hay en el río sin plantas de celulosa", dice.
Antes de terminar la presentación de power point, la pantalla vuelve a mostrar una imagen famosa. Otra vez se ve a la reina del carnaval de Gualeguaychú, Evangelina Carrozo, y su cartel "No a las papeleras contaminantes". La aparición — sorpresiva para los presidentes en Viena — esta vez es aprovechada por Botnia para transmitir su mensaje: "En eso estamos todos de acuerdo."
(Clarin, 17/05/06)
http://www.clarin.com/diario/2006/05/17/elpais/p-00801.htm