"Não permitiremos que o "monstro" termine de ser construído", prometem assembleístas (em espanhol)
2006-05-02
Apenas se llega a Fray Bentos se percibe el cansancio de los habitantes de esa ciudad por la situación que viven desde hace varios meses como consecuencia de los cortes de ruta que efectuaron sus vecinos de Gualeguaychu. En algún momento fue "bronca", aseguran algunos, ahora es agotamiento. El sentimiento general es que Entre Ríos actúa como "el vecino que se preocupa por la casa ajena y no por la propia". A la vez, existe la certeza de que más allá de que el tránsito vuelva a la normalidad en el puente binacional que une a las dos ciudades, la relacion "humana y afectuosa" tardará mucho en recomponerse.
El domingo las autoridades nacionales recomendaron que los uruguayos no transitaran por el viaducto, e incluso adoptaron medidas mínimas para prevenir posibles enfrentamientos entre los fraybentinos y los manifestantes. Sin embargo, de este lado del puente nadie tenía intención de salir a confrontar a los argentinos o de participar en la marcha, salvo los integrantes de la organización ecologista Movides, quienes a causa del corte de ruta debieron cruzar por Salto para llegar a Entre Ríos y formar parte de la movilización.
El acceso al puente General San Martín desde el lado uruguayo sólo estuvo abierto para los medios de prensa, los cuales para ingresar primero debían realizar el trámite habitual ante Migraciones. Con la documentación en regla sólo se podía avanzar en vehículos hasta donde comenzaba la jurisdicción argentina. Allí, una barrera de gendarmes permitía el paso sólo a pie. Cumpliendo con ese requisito había absoluta libertad de movimiento, hasta se podía llegar a pisar suelo entrerriano sin dificultades. Al avanzar por el puente, se comenzaba a divisar una extensa red de altoparlantes que los propios asambleístas habían colocado el sábado por la tarde para hacer oír sus reclamos durante la marcha, y que algunos de ellos controlaban desde ocho puestos de retransmisión a lo largo de la estructura. En ese trayecto también se apostó un porcentaje importante de los 700 gendarmes que vigilaron la movilización además de las tres lanchas de Prefectura argentina y un helicóptero del Consejo de Seguridad del Interior, organismo similar al Ministerio del Interior uruguayo.
En el camino las miradas se cruzaban sin rencor, excepto por el nacionalismo de algunos periodistas de la vecina orilla que concurrieron a realizar su labor portando bufandas o gorros con el emblema argentino o directamente la escarapela de "Sí a la vida, no a las papeleras", consigna principal de la asamblea de Gualeguaychú.
La marcha se inició a las once de la mañana cuando ómnibus y autos procedentes de varias provincias argentinas fueron recibidos por el intendente de Entre Ríos. En esos vehículos prosiguió hasta cuatro kilómetros antes de llegar a Arroyo Verde, donde se reinstaló el piquete el pasado 4 de abril. En ese lugar se inició la marcha a pie de los entre 80 y 100 mil manifestantes que respondieron a la convocatoria de la asamblea entrerriana y de Greenpeace, según informaron los organizadores y la gendarmería provincial.
La llegada a la cabecera del puente se produjo pasadas las 14 horas. Desde el punto más alto de la estructura se podía observar un mar de banderas argentinas y uruguayas, que se mezclaban con pancartas que rezaban frases como "Uruguayos, le pregunté a mi vieja y me dijo que ella no crió chanchos" o "Fuera Botnia"; que eran portadas por personas que vestían chalecos naranjas "identificatorios de los asambleístas" o buzos verdes de la asamblea juvenil de Gualeguaychú y hasta chalecos azules de la Central de Trabajadores de Argentina.
El arribo y la permanencia en el puente se produjo sin incidentes y respetando los límites impuestos por las autoridades argentinas, aunque en forma casi permanente se entonaron los cánticos clásicos de "muera Botnia", así como la chacarera y la cumbia contra las papeleras, cuya letras contienen fragmentos agraviantes para la capacidad de raciocinio del pueblo uruguayo.
Los manifestantes fueron recibidos con las palabras de uno de los principales líderes de la asamblea ambiental, Juan Veronesi, quien afirmó: "Ahí está el monstruo que pretende matarnos, por eso está de pie Gualeguaychú y la cuenca del río Uruguay. No vamos a permitir que el monstruo que está a la vista (por la planta de Botnia) y se quiere levantar termine de construirse".
Diez minutos más tarde se entonaron los himnos de Argentina y Uruguay. El primero fue seguido por vivas a la República vecina, el segundo por un elocuente silencio. Para cerrar el acto se leyó una proclama donde los asambleístas reiteraron su "enérgico rechazo" a la instalación de las plantas de Ence y Botnia, así como su acusación al gobierno uruguayo de haber violado el Estatuto del Río Uruguay y "compromisos internacionales vigentes en materia ambiental y de Derechos Humanos" al autorizar "proyectos inconsultos e ilegítimos" que está "comprobado que contaminan en todo el mundo". En la misma también insistieron con su solicitud a "la banca internacional y a los cómplices Finlandia y España, que no financien directa o indirectamente los emprendimientos y exaltaron la soberanía de los pueblos".
(La republica, 02/05/06)
http://www.larepublica.com.uy/lr3/?a=nota&n=209608&e=2006-05-02