En un clima de "gran camaradería", según describieron participantes de la cumbre bilateral entre Argentina y Brasil, Néstor Kirchner y Lula da Silva no dejaron tema sin repasar. Dispuestos en una pequeña mesa rectangular, los presidentes y sus ministros, dialogaron y trazaron estrategias comunes sobre tres grandes asuntos: el "diferendo" por las papeleras que distancia Buenos Aires de Montevideo, el impacto en el Mercosur y los proyectos energéticos con Venezuela.

Los colaboradores de Kirchner contaron que el presidente dedicó parte de la cena a explicarle a Lula en qué situación se encuentra la polémica medioambiental con Uruguay. Dijo al presidente brasileño que "Argentina va a presentar el caso en el Tribunal de La Haya. Esa es una decisión irreversible". Fue ante una consulta de Lula acerca de si había alguna posibilidad de que el Gobierno argentino "evite" acudir a esa instancia para resolver la disputa en el terreno de las negociaciones bilaterales con Uruguay. Ayer, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en una conversación con periodistas después del encuentro presidencial subrayó: "Esa decisión (de La Haya) no tiene retorno".

En la cena con Lula, el presidente Kirchner buscó sin embargo calmar las inquietudes de su colega brasileño: "Que se haga la presentación en La Haya no significa cerrar las puertas al diálogo entre los dos gobiernos. Puede haber soluciones bilaterales antes que el Tribunal llegue a un fallo definitivo". Poco antes de la reunión de los presidentes, el asesor internacional del presidente brasileño Marco Aurelio García, "un amigazo" según voceros oficiales argentinos, había insistido en el deseo brasileño de que la salida a esta crisis político-institucional del Mercosur se resolviera de a dos, esto es, "entre hermanos".

Pero después de la cita, Fernández bajó el tono al ser consultado por los periodistas sobre qué habían conversado los presidentes acerca del conflicto de las papeleras. Respondió: "Nada que merezca destacarse". En su afán de restar importancia al tema, indicó: "Todos saben que es un problema bilateral entre la Argentina y Uruguay". Para el jefe de Gabinete, "los presidentes analizaron esencialmente las relaciones bilaterales y coincidieron en la necesidad de tornar cada día más sólida la alianza entre ambos".

Del lado brasileño, hubo un énfasis especial en destacar que la relación de Lula con Kirchner pasa por un momento excepcional, donde "no hay ninguna clase de disenso". Así lo afirmó García, el consejero de Lula en asuntos internacionales. Pero la excelencia de los vínculos no oculta que el pensamiento de Brasil no es ciento por ciento idéntico al de Argentina en relación al Mercosur. Ayer, García reveló una y otra vez que a los brasileños les "gustaría" que la controversia argentino-uruguaya por las papeleras no sea "internacionalizada".

Voceros del Gobierno argentino destacaron la solidaridad y apoyo que obtuvo Kirchner en su reunión con Lula. Llegaron a citar, inclusive, la gestión "oficiosa" del presidente brasileño ante la presidente de Finlandia, Tarja Halonen, a quien le pidió que intercediera ante la empresa Botnia para lograr que esta acepte demorar por tres meses el reinicio de los trabajos en la planta de Fray Bentos. "Este caso fue un ejemplo de la solidaridad de Lula da Silva con la Argentina".

Algunas fuentes consultadas por Clarín diferenciaron esta actitud "proactiva" de Brasil respecto de la indiferencia que pareció existir ante las demandas argentinas de apoyo en la época en que se negociaba salir del default con el Fondo Monetario Internacional. El respaldo brasileño llegó, en aquel entonces, con mucha demora.

Kirchner conversó con Lula los problemas de la región. Y en ese contexto, uno de los temas fue la salida de Venezuela de la Comunidad Andina y su decisión de integrarse plenamente al Mercosur. Esta perspectiva parece preocupar especialmente a Brasil, que teme que esa situación sea vista por Colombia, Perú y Ecuador como una estrategia para debilitar ese bloque regional.

Así, las fuentes brasileñas consultadas por este diario dijeron que hoy, tanto Kirchner como Lula, le sugerirán al venezolano Hugo Chávez que tenga más cautela. Los presidentes también hablarán de los negocios del famoso gasoducto y qué empresas serán las encargadas de construirlos.
(Clarin, 26/04/06)
http://www.clarin.com/diario/2006/04/26/elpais/p-00301.htm