Ampliação de Yacyretá pode piorar passivo da hidrelétrica no rio Paraná (em espanhol)
hidrelétrica de yacyretá
2006-04-05
Yacyretá, lugar donde brilla la luna, es poesía, canción, vida de pueblos originarios, antaño lugar de los mejores "piques", donde los rápidos del Apipé dibujaron sonrisas a miles de pescadores durante tanto tiempo. Pero también, desde más de dos décadas es parte de una triste historia, donde el tiempo, algunos medios de prensa, funcionarios de turno y la indiferencia de una gran parte de misioneros, entre otras cosas, han jugado en contra no solo del río, sino de sus vidas, la de sus vecinos, la de sus hermanos paraguayos que sufren el calvario que toda gran represa hidroeléctrica
trae consigo transformando lo hermoso en paisaje de horror.
Desde hace años, la hidroeléctrica de Yacyretá ocupa páginas de periódicos provinciales y regionales. Una realidad contradictoria, porque siendo noticia diaria los reclamos de familias afectadas, las irregularidades constantes, fraudes, corrupción, improvisaciones, protestas, daños ambientales, la represa sigue sin preocupar a una gran mayoría de
misioneros, de posadeños, los mayores afectados del lado argentino por la obra, como a los pobladores aguas arriba del Paraná donde sin dudas también habrá afectación directa. ¿Cuáles son las razones de tanta indiferencia generalizada?, es la pregunta que golpea desde hace años la cabeza de los que seguimos el proceso Yacyretá.
La prensa ha jugado un rol preponderante, porque mostró -aunque no siempre con verdades- la realidad que se vivió. Periodistas reconocidos se han hecho eco de las "bondades" de Yacyretá, defendiéndola aún con todo lo conocido. Las publicidades para visitar la "gran obra" han hecho que no sea tan mal vista, aunque con sonroja los jóvenes guías de allí, dejan entrever el poco convencimiento en sus respuestas cuando algunos turistas la visitan. Lo que quedó bajo el agua o en las orillas pero a varios kilómetros en barrios hacinados, o los vecinos que mensualmente forman parte de las filas para retirar bolsas de ayuda y antes tenían un trabajo digno, no conmueve a muchos y es la postal diaria de la resignación de algunos, la impotencia de tantos.
Profesionales que hoy ya no tienen relación con la Eby, entre dientes y algunos con cierta vergüenza, hacen saber que todo allí no es como se ve... Da pena y bronca esa complicidad nefasta que de alguna manera los hace responsables de lo que sigue sucediendo. Hasta los máximos promotores de represas la ven como "lo peor, lo inaceptable" y tantos otros adjetivos que a simple vista la hacen rechazable por donde y como sea. A pesar de todo esto, hay quienes, sosteniendo que "otro Yacyretá" es inconcebible, insisten en promover la elevación del embalse a 83msnm, es decir aumentar en 7 metros el actual nivel que tiene el río, limitando la misma a la renta por la generación eléctrica y el nombrado pero mal entendido "progreso" que supuestamente traería a la región esa diferencia de nivel.
Con Yacyretá, el deterioro político patentado de corrupción, impunidad y autoritarismo, ha llevado al endeudamiento nacional, al enriquecimiento ilícito de varios, la enajenación del patrimonio nacional. La destrucción del patrimonio cultural -aquello imposible de poner precio- con la pérdida de sitios arqueológicos, de áreas de valor cultural, arquitectónico, histórico, como el deterioro ambiental, con la contaminación del río, pérdida de calidad de agua, zonas de alta calidad ambiental, han quedado de por vida sepultadas bajo el agua, provocando la muerte de animales silvestres en las islas, desaparición de especies aún desconocidas, una dramática disminución de la fauna íctica y la destrucción de hábitats únicos en el mundo, son parte del saldo negativo de esta obra.
La expulsión de comunidades Moya Guaraníes de su territorio tradicional con el sometimiento a un durísimo proceso de aculturación en lugares de reasentamiento obligatorio e involuntario, como los pobladores de Villa Blossett, El Brete y otras zonas emblemáticas de Posadas que hasta ahora siguen sin "innovar" nada en sus vidas, porque el Decreto, la Ley, los han paralizado, privado de crecer, de construir su historia en paz, su libertad de vivir el sueño de un presente siquiera, son una realidad tan dura que solo se siente estando allí. De lejos o por lo medios no se logra transmitir tanta impotencia, los residuos de la ciudad, los pastos altos, las ratas e insectos más grandes, hoy pululan el lugar que los posadeños generan, sacando provecho de esto los especuladores inmobiliarios -muchos parte de la dirigencia del Estado-, hoy dueños de las tierras que valieron poco y ahora cuestan fortuna. Una deuda social más pendiente en este
impiadoso modelo de "progreso", violatorio de todo derecho humano.
La cuota de injusticia es cada vez mayor. Los que están en la calle manifestando la preocupación por la realidad que somete todos los días, son los que encima son mal vistos por la sociedad, que también afectada, forma sin darse cuenta parte de ella. Sostenemos que el río es más que agua que corre y verlo como una mercancía arremete cualquier intento de sustentabilidad. Se olvidan los gestores de progreso que viven en los pisos altos de la ciudad que no duerme, con ascensores que suben y bajan cada minuto, con acondicionadores de aire y lámparas encendidas todo el día, encerrados en sus burbujas progresistas, que la mayoría de la población que trabaja y produce para que este país crezca, ve sacrificada sus culturas, su bienes naturales, sus lugares de esparcimiento, de trabajo, para que la energía producida se despilfarre irresponsablemente en los grandes centros urbanos y mucha de esta a parar a las grandes industrias que poca mano de obra generan, esquilman naturaleza y encima contaminan el agua y aire que todos necesitamos para vivir.
Cuando la obra comenzó allá por el 83, se miraba atónito la grandeza de lo que es capaz de hacer el hombre, pocos imaginaban que detrás de ese escenario la vida de mucha gente cambiaría para siempre. Con algunas suntuosas obras tratan de parchar el cáncer que es la hidroeléctrica para regiones argentinas y paraguayas. La costanera posadeña es una de ellas, la realidad más palpable que ha hecho notar aún más la indiferencia ciudadana para con el río... Esta es más la vidriera de una elite que un lugar de encuentro de toda la sociedad, es una obra que excluye. Su costo sirvió para demostrar lo que muchos no se han dado cuenta: los vecinos han vivido siempre de espaldas al río, como muchos misioneros del interior de espaldas al monte. La gente se sienta mirando a los autos que pasan, a los adultos que hacen gimnasia o pasean sus perros, a los ciclistas, y se acuerdan del río cuando pasa alguna lancha o para arrojar sus papeles y de vez en cuando disfrutar de una puesta de sol.
Ambos gobiernos, paraguayo y argentino, han tomado la decisión de elevar el embalse. Tiempo atrás, más de treinta mil vecinos manifestaron su disconformidad con la Eby por las calles encarnacenas -dirigentes políticos a la cabeza-. Posadas se enteraba, una vez más, por los medios. Es hora de despertar y reaccionar, no cuando el agua les llegue al cuello, o tengan al Paraná entrando por sus cloacas o pozos absorbentes. Hay que animarse, los gobiernos deben hacer lo que el pueblo quiere. Son administradores no dueños de nuestros bienes comunes. Que el silencio y la indiferencia no
haga cómplices del calvario de tantos que aún ni imaginan lo que producirá -en todos los sentidos- los 7metros que pretenden elevar lo que queda del río Paraná, agonizante pero todavía vivo.
(Eco Portal, 04/04/06)
http://www.ecoportal.net/content/view/full/57879