El gobierno de China reaccionó ayer al acuerdo entre India y EE.UU. sobre cooperación en energía nuclear, sellado durante una visita a Nueva Delhi del presidente estadounidense, George Bush. El portavoz de la Cancillería china, Qin Gang, en clara crítica a que India se niega a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), dijo que ese acuerdo "juega un rol importante" para promover el desarme y el uso pacífico de la energía atómica.

Las economías de China e In dia crecen velozmente y ambas potencias emergentes están llamadas a una disputa hegemónica en Asia y cada vez con mayor peso en el tablero mundial. Ayer, Bush y el presidente indio Manmohan Singh —quien asumió en 2004 gracias a un golpe de mercado, luego que que ganara las elecciones Sonia Gandhi— se refirieron al acuerdo alcanzado calificándolo de "histórico", aunque Bush debió soportar marchas de miles de personas que lo repudiaron como "enemigo de la humanidad" e "imperialista".

India estaba aislada en el ámbito nuclear civil del resto del mundo. Ahora EE.UU. es el primer país que pone fin a 30 años de boicot y de hecho reconoce a India como legítima potencia nuclear, un sitio sólo reservado —aunque se sabe que otro puñado de países desarrolló capacidad nuclear— a los 5 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, EE.UU., Gran Bretaña, Francia (que alabó el acuerdo con India), Rusia y China. El guiño de Washington a India debería ser considerado por países como Irán —hoy el mayor adversario que eligió la política exterior de EE.UU.— que aspiran a armas atómicas, o Pakistán.

Los paquistaníes, enemigos de India, y que probaron en 1998 armas nucleares y no son socios del TNP, también fijaron su mirada en las negociaciones indo-estadounidenses. Aunque Islamabad es consciente de que perdió gran parte del crédito ante Washington por acuerdos nucleares con "estados canalla" (según palabras de Bush) como Irán y Corea del Norte. EEUU necesita con urgencia también de los paquistaníes en la lucha contra el terrorismo. Ayer Bush dijo que visitará Pakistán el próximo fin de semana pese al atentado de ayer.

Bush y Singh se mostraron exultantes. El primero opinó que el acuerdo "va ayudar a ambos pueblos". El segundo expresó: "Estoy muy feliz de que hayamos llegado a un entendimiento". Si el Congreso estadounidense ratifica lo firmado, EE.UU. y otros países podrán facilitar a India combustible y reactores nucleares para fines civiles, lo que por ahora es imposible por no ser India firmante del TNP.

Es lo que recordó China, principal competidora emergente de India en la región. Según el vocero del Ministerio de Relaciones Exterior, su país es "uno de los países que quisieron el Tratado de No Proliferación Nuclear e invita a otros países a unirse al tratado para el mantenimiento de la paz y de la estabilidad internacional".

Para el diario estadounidense The Washington Post la visita de Bush y estos acuerdos son parte de una política geoestratégica de la Casa Blanca de fortalecer a India para que actúe como contrapeso de la cada vez más gigantesca China, cuyo crecimiento la pondrá en unos años al nivel de poderío productivo de EE.UU. En esa línea, Bush también quiere que India sea un socio más importante en la lucha antiterrorista y en la promoción de la democracia como la entiende EE.UU. Una alianza económico comercial con India también compensaría la difícil relación con China, necesaria para el consumo y el fisco de EE.UU. (por la compra de bonos) pero costosa en términos de balance comercial.
(ANSA, EFE Y DPA, 03/03/06)
http://www.clarin.com/diario/2006/03/03/elmundo/i-02601.htm