Cruz vermelha pede ajuda urgente para Filipinas (em espanhol)
2006-02-20
"Estamos vivos, sáquennos de aquí", decía uno de los últimos mensajes de móvil con final infeliz que llegó de debajo de los escombros el sábado. En el barrio filipino de Guinsaugon, en la isla de Leyte, había censadas 1.894 personas y, tres días después del deslizamiento de tierra, 1.397 siguen desaparecidas. La Federación Internacional de la Cruz Roja hizo ayer un llamamiento a la ciudadanía para que se solidarice con las víctimas.
La organización solicitó 1,28 millones de euros de forma urgente para apoyar las operaciones de socorro, mientras Cruz Roja Española ultima un plan de ayuda para asistir a los damnificados durante los próximos seis meses. Cruz Roja ha abierto una línea telefónica, 902.22.22.92, para recaudar fondos con los que comprará utensilios de cocina, mosquiteros, materiales de refugio temporal, artículos de higiene y de salud, bidones y pastillas de purificación para poder ayudar a los afectados durante ese medio año. "Se trata de una de las regiones más apartadas e inaccesibles del país. En algunos lugares, el barro llega hasta la cintura, lo que dificulta la búsqueda de supervivientes y la atención de los heridos", apuntó el presidente de la Cruz Roja Filipina, Richard Gordon.
"ESTAMOS BIEN TODAVÍA, VIVOS"
El sábado, la llegada de mensajes de un móvil resultó alentadora ("Estamos bien todavía, vivos") y llenaron de esperanza a los equipos de rescate. La alegría duró muy poco, ya que los intentos de llamar al móvil de donde partieron los mensajes resultaron infructuosos. En San Bernardo, un edificio gubernamental se ha reconvertido en morgue. Una cincuentena de cuerpos, llenos de lodo, reposan en el suelo o sobre bancos. Además de esta tragedia, ayer un nuevo alud, esta vez en Mindanao (a 550 kilómetros de Guinsaugon), activó de nuevo la alarma en Filipinas. El corrimiento sepultó dos casas y 12 personas murieron.
El desastre de la isla de Leyte ha provocado respuestas inmediatas de la comunidad internacional, con la llegada de navíos de la Marina estadounidense, y equipos especializados aportados por Malaisia y Taiwán, una ayuda que ha sido agradecida por la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, pero que es todavía insuficiente. Por su parte, la guerrilla comunista Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), incluida en la lista de organizaciones terroristas de EEUU, declaró que no atacará a las tropas estadounidenses que colaboran en las operaciones, aunque advierte de que "cualquier provocador norteamericano pillado en territorio rebelde será disparado". El NEP controla algunas zonas de la isla de Leyte.
(El Periodico, 20/02/06)
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