Cada vez mais distante a solução para o conflito das papeleiras entre Uruguai e Argentina (em Espanhol)
2006-01-30
El jueves 19 de enero fue uno de los peores días que pasó Jorge Busti desde que está en la función pública. Después de leer las declaraciones del canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, y de mantener un diálogo telefónico con el presidente Néstor Kirchner, el gobernador de Entre Ríos se convenció de que ya no tendrá apoyo del Gobierno nacional para evitar que se instalen las dos plantas papeleras de capital finlandés que — según lo creen en la provincia—contaminarán la ribera del río Uruguay.
En el escritorio de Busti hay una fotocopia de la entrevista que Clarín le hizo esta semana al canciller uruguayo, donde éste aseguró que “las obras de la papelera no se van a parar porque no contaminant”. Y desde el teléfono que está sobre ese mismo escritorio habló el jueves al mediodía con el Presidente.
—Jorge, dejá lo de las papeleras en manos de Taiana que nos vamos a ocupar nosotros...—, fue la frase que escuchó Busti de boca de Kirchner.
Esa mañana, el Presidente había dicho en Brasilia que la instalación de las papeleras de la empresa Botnia en la ciudad uruguaya de Fray Bentos eran sólo “un tema ambiental”. Y explicó que la cuestión no se podía interponer en las relaciones entre Argentina y Uruguay.
Kirchner utilizó la expresión “xenofobias nacionalistas” para describir cuál era la actitud que su gobierno no iba a tomar y defendió la figura del presidente del Uruguay, el dirigente del Frente Amplio Tabaré Vázquez.
En el diálogo telefónico, de tono cordial según las fuentes consultadas, Busti llegó a ponerse dramático. Sospechaba que el tema de las papeleras iba camino a convertirse en una causa perdida y puso un juego una de las herramientas preferidas de los dirigentes políticos: la posibilidad de su renuncia.
—En este conflicto está en juego mi cargo y si yo soy un obstáculo para las relaciones con el Uruguay, no tengo inconvenientes en dar un paso al costado—, dijo Busti, atenazado hoy entre su futuro político amenazado y las presiones de la sociedad entrerriana, alineada sin fisuras detrás del rechazo a la instalación de las papeleras y cuyo reclamo contra el impacto ecológico que podría sufrir en los próximos años crece cada día.
Kirchner y Busti acordaron una reunión para la semana próxima, que se celebrará en la Casa Rosada —posiblemente el martes— y de la que participará el canciller argentino Jorge Taiana. Desde ese día, el peso de las negociaciones por las papeleras lo llevará exclusivamente la Cancillería.
Militantes del peronismo combativo en los “70”, Busti y Taiana se conocen desde hace mucho tiempo. El gobernador entrerriano le tiene plena confianza al canciller, tanta que le hizo llegar anticipadamente una copia de la denuncia penal que hicieron contra la papelera Botnia junto al vicegobernador Pedro Guastavino.
Pero la cohesión que en Uruguay lograron los 1700 millones de dólares de inversión y los 2800 puestos de trabajo que significa el proyecto industrial de las papeleras han erigido una barrera aparentemente inexpugnable para la diplomacia argentina.
“La verdad es que hoy no existe ninguna alternativa de solución”, se sinceró ante Clarín un funcionario de la Cancillería. En el mismo sentido se expresó el director de Asuntos Ambientales del ministerio, Raúl Estrada Oyuela, cuando el miércoles pasado terminó la última y fallida reunión de la comisión binacional con una frase de Perón: “La única verdad es la realidad y la realidad es que perdimos 180 días”.
En la búsqueda de algún camino alternativo, Busti analizaba este fin de semana la propuesta de la organización ambientalista Greenpeace, que reclama eliminar el proceso de la producción de pasta de celulosa con cloro para evitar la fuerte contaminación.
La propuesta del gobernador entrerriano sería pedirle a Uruguay y la Argentina el cambio de sistema productivo en sus papeleras para dejar de lado el uso del cloro contaminante, una cuestión difícil y costosa para implementar a esta altura.
Resulta paradójico que Kirchner, Taiana, Busti, Tabaré, Gargano, protagonistas estelares del conflicto diplomático más importante entre la Argentina y Uruguay en mucho tiempo hayan sido todos militantes de sectores políticos afines en la década del “70”. Y que ahora no puedan hallar una solución a esta disputa entre dos países hermanados por la historia, la tradición y el Río de la Plata.
(Clarín, 22/01/06)