Fasat-Charlie, el satélite chileno de observación terrestre lanzado la semana pasada (16 de diciembre) será el satélite latinoamericano con mayor resolución.
Mientras la máxima resolución disponible en satélites de la región es de 20 metros, las dos cámaras del nuevo satélite pueden fotografiar una franja de 15 kilómetros de ancho en resoluciones de 1,4 metros en blanco y negro y de 5,8 metros en colores.
Su órbita, a 620 kilómetros de altura, le permitirá obtener imágenes consecutivas del mismo punto sobre el territorio chileno cada cinco días y del mundo entero cada 37 días.
El Ministerio de Agricultura chileno ya indicó que planea solicitar fotos actuales de cómo quedó la región del Biobío, la zona más afectada por el terremoto del 27 de febrero de 2010. Las empresas espaciales extranjeras solo poseen imágenes hasta 2008.
Otras aplicaciones en el área agrícola incluyen el monitoreo constante de diferentes tipos de cultivo para determinar cuánto riego y fertilizantes necesitan.
El satélite también permitirá dar seguimiento a desastres naturales como erupciones volcánicas, inundaciones, focos de contaminación, incendios y terremotos, lo que ayudará a tomar decisiones oportunas sobre evacuaciones, niveles de alerta y coordinación de los trabajos de reconstrucción.
Obtener información estratégica para actividades como la pesca y la minería, la capa de ozono sobre la Antártica, los gases de efecto invernadero y el nivel del mar son otras aplicaciones posibles.
Chile lanzó su primer satélite en 1995, pero éste no se separó del cohete que lo pondría en órbita. Al segundo, lanzado en 1998, le fallaron las baterías al cabo de tres años. Ambos eran mucho más pequeños que Fasat-Charlie.
Estos fracasos dejaron a Chile en gran desventaja con respecto a Brasil, que tiene siete satélites en órbita y planea lanzar otro en 2014, y Argentina que tiene dos funcionando y lanzará otros a fines de 2013.
La construcción de Fasat-Charlie por el consorcio europeo EADS Astrium, la estación terrestre para controlarlo, recibir y procesar las imágenes, el lanzamiento y la capacitación de técnicos chilenos en Francia tuvieron un costo de US$72,5 millones.
"La inversión valió la pena, porque ahora tendremos independencia para obtener información satelital y una masa crítica de especialistas que continuarán haciendo investigación y desarrollo en esta importante área”, dijo a SciDev.Net el comandante Christian Stuardo, jefe de operaciones del Centro de Operaciones Satelitales.
El satélite fue lanzado en un cohete ruso Soyuz desde el centro espacial de la Agencia Espacial Europea en Guyana Francesa.
(Por María Elena Hurtado, SciDev.Net, 21/12/2011)