El Grupo ETC, que asiste a las reuniones preparatorias hacia Río+20 en Nueva York, presenta ¿Quién controlará la economía verde? un informe de 60 páginas que conecta las acontecimientos relativos a las crisis del clima y el petróleo, las nuevas tecnologías y el poder creciente de las corporaciones.
El documento advierte que las empresas más grandes del planeta están sacando toda la ventaja posible de lo que por todos lados ya se nombra como “economía verde”, al tiempo que se preparan para su golpe más agresivo en la historia, que es no solamente realizar más adquisiciones y explorar otros mercados sino penetrar en nuevos sectores industriales.
DuPont, por ejemplo, que ya es la segunda empresa de semillas y la sexta más grande compañía de plaguicidas y químicos en el mundo, es ahora un poderoso referente en materiales, energía y aditivos alimentarios derivados de vegetales.
Así también otros jugadores mayores en los sectores de semillas, plaguicidas, químicos y alimentos —incluyendo a Monsanto, Syngenta, Dow, BASF y Unilever— están haciendo inversiones estratégicas en tecnologías riesgosas y consolidando colaboraciones para investigación y desarrollo con la expectativa de convertir la biomasa vegetal en todo tipo de productos con alto valor agregado.
Comercializar la biomasa que aún escapa del mercado es el objetivo principal de las empresas que persiguen para sus fines la economía verde.
Desde el inicio del milenio, la visión de una economía de base biológica ha estado cobrando forma, con su promesa de resolver los problemas del pico petrolero y el cambio climático y con la esperanza de abrir la puerta a una era de desarrollo sustentable.
Las nuevas tecnologías, principalmente la biología sintética (o ingeniería genética extrema), potenciada con la bioinformática y la genómica, son la maquinaria principal de esta bioeconomía, que se pretende que funcione con insumos agrícolas como combustible.
Si bien resultan seductores, los nuevos remedios tecnológicos verdes son peligrosos porque promoverán una convergencia y una concentración del poder corporativo aún mayores e impondrán tecnologías patentadas en comunidades que no están discutiendo el tema ni están preparadas o son consultadas sobre sus impactos.
Si la “economía verde” se impone sin un debate amplio entre gobiernos y con la participación de los pueblos, las organizaciones y la sociedad civil, la Cumbre de la Tierra a celebrarse en Río de Janeiro del 20 al 22 de Junio de 2010, arriesga a convertirse en el mayor acaparamiento de recursos —despojo— desde la conquista de América.
Kathy Jo Wetter del Grupo ETC lo explica: “no se trata de rechazar la economía verde o las tecnologías, pero ambas son herramientas que deben administrarse bajo sólidas políticas sociales. La Agenda 21 en 1992 llamó a la evaluación de las tecnologías y enfatizó la necesidad de una herramienta para la precaución, que incluya un monitoreo estricto del poder de las corporaciones. Esa propuesta es ahora más urgente que nunca.”
Alberto Gómez, de La Vía Campesina, agrega: “El control de las corporaciones sobre nuestro sistema alimentario amenaza a todos los campesinos del mundo. Somos responsables del 70% de la producción de los alimentos que sostienen a la humanidad, pero nuestra capacidad para producirlos de maneras agroecológicas está amenazada por el tipo de control que las corporaciones ejercen cada vez más, de lo cual informa este documento.
¿Quién controlará la economía verde? está disponible en inglés y en español y pronto estará en francés.
Qué hay en el reporte ¿Quién controlará la economía verde?
¿Quién controlará la economía verde? da información sobre los jugadores corporativos más poderosos en control de 25 sectores de la “economía real”. Es el único reporte totalmente gratuito que incorpora las listas de las 10 compañías (según su participación en el mercado) más importantes de los 18 sectores industriales relevantes para la economía verde.
Estas listas incluyen los diez más grandes jugadores en los negocios de agua, energía, semillas, pesca y acuacultura, procesamiento y comercio de alimentos, químicos, fertilizantes, plaguicidas, minería, farmacéutica, biotecnología, el comercio de granos y más.
El informe también identifica a los jugadores líderes en un puñado de sectores industriales emergentes como la biología sintética, el manejo de datos, la producción derivada de algas y microalgas y la genética animal (pág. 1-2).
La red de control corporativo
El Grupo ETC lleva 30 años monitoreando fusiones y adquisiciones empresariales y la tendencia se mantiene: cada vez más monopolios en cada sector y en cada lugar. Por ejemplo, las 10 compañías multinacionales de semillas más poderosas del planeta controlan hoy el 73% del mercado comercial de semillas. En 1995 tenían apenas el 37% (pág. 25). Las 10 empresas de plaguicidas más importantes controlan ahora un 90% del mercado global de plaguicidas con valor de 44 mil millones de dólares (pág. 29).
En la farmacéutica veterinaria, 10 empresas controlan en 76% de las ventas (pág. 40). 10 compañías de alimento para animales controlan el 52% del mercado global de comida para animales (pág. 39), 10 firmas químicas dan cuenta del 40% del mercado global de químicos (pág 13), 10 compañías forestales tienen el 40% del mercado de papel y derivados (pág 37), 10 empresas mineras manejan una tercera parte del mercado de extractivos (pág 34) y las 10 compañías de energéticos más grandes del mundo controlan una cuarta parte de todo el mercado de energía (pág. 15).
¿Energías alternativas? ¡Para nada!
Al escuchar “economía verde” pensamos en imágenes lacónicas de paneles solares y turbinas de viento, pero de hecho las multinacionales no están enfocando allí sus actividades. Si bien las energías renovables no nucleares o derivadas de hidrocarburos representan solo el 1.8 % del consumo global, casi toda esa energía proviene de la cosecha y quema de biomasa para convertirla en combustibles y en compuestos químicos.
Este reporte muestra cómo los reagrupamientos más significativos de empresas en la “economía verde” ocurren en torno al aprovechamiento de la biomasa vegetal. (pág. 10-15)
Nuevos oligopolios verdes
Este reporte descubre las nuevas convergencias corporativas entre los diversos sectores industriales, y cómo los jugadores más poderosos se posicionan para dominar la economía verde.
Un caso es el de la compañía DuPont, la segunda empresa semillera más grande del mundo, la 6a más importante compañía química y la 6a de plaguicidas, que ahora emerge como jugador mayor en la biotecnología, biocombustibles y bioplásticos, esí como en biología sintética, producción de algas, diversos ingredientes y enzimas, al mismo tiempo que se asocia con la tercera empresa petrolera más grande del planeta, BP (pág. ii-iii)
El gasto en alimentos rebasa el gasto en energéticos
Es común escuchar que el tamaño del mercado global de energía es inmenso, con valor de 7 mil billones de dólares y que en comparación, cualquier otro sector industrial es pequeño. Sin embargo, según nuestra investigación el mercado mundial de alimentos al menudeo es más grande que el de la energía, incluso cuando se toman en cuenta los subsidios de los gobiernos a los productores de energía y agricultura. (pág. 43).
Ascenso meteórico de la biología sintética
A principios de la década de los noventa, la comercialización inicial de las tecnologías de ingeniería genética promovió una reorganización masiva de los sectores de semillas, agroquímicos y farmacéutica y la emergencia de gigantes en las “ciencias de la vida”, tales como Monsanto y Novartis.
Hoy las nuevas tecnologías como la biología sintética están detonando otra ola de fusiones frenéticas, adquisiciones y empresas de capital compartido en torno a la economía de la biomasa, promoviendo nuevas alianzas entre jugadores tales como Dow, DuOont, BP, Shell, Exxon, Chevron y Total con los megagigantes de los granos, la silvicultura y las semillas como Monsanto, Cargill, Bunge, Weyerhaeuser y ADM. En el centro de esas nuevas alianzas sorprende encontrar a las nuevas empresas de biología sintética como Life Tecnologies Inc., Amyris, Solazime y Evolva —todas están escalando rápidamente hacia papeles estratégicos en la producción global de alimentos, energía, fármacos y químicos. (Pág. 16-20).
La economía azul, también bajo control
La biomasa que se encuentra en los océanos y ecosistemas acuáticos representa el 71% de la superficie del planeta. Es por ello que corporaciones de energía y químicas como DuPont, Statoil, DSM, Exxon, Mitsubishi, Monsanto, Chevron y el gigante de los astilleros Stolt Nielsen están enfocándose hacia la frontera salvaje y mojada para producor nuevos azúcales y combustibles que sirban a la economía de base biológica, para lo cual proponen la explotación en gran escala de las algas, microalgas, leces y toda la biodiversidad acuática que hay en los lagos, riberas y estuarios costeros.
(ETC Group, 15/12/2011)