Una intensa movilización de entidades ambientalistas se realizó ayer (25), en Paraguay, con el objetivo de presentar a la sociedad los impactos negativos del monocultivo de granos transgénicos como la soja y el maíz
Según las entidades, este tipo de cultivo afecta directamente los derechos humanos de las comunidades campesinas e indígenas, y también el de toda la población. En la ocasión también se lanzó la campaña nacional "Paraguay libre de maíz transgénico".
El análisis fue presentado por la Asociación de ONGs de Paraguay (POJOAJU), la coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay (CODEHUPY) y la Red Rural de Organizaciones Privadas de Desarrollo (RED RURAL). Ellos afirmaron que "todos los productos con manipulación genética están destinados a aumentar los biocombustibles, afectando la ecología, la economía, el ambiente, y no están destinados a superar la falta de alimentos de la población mundial".
Los manifestantes exigieron además el cumplimiento de las obligaciones asumidas por el gobierno del país, que implican la adopción de un modelo productivo y de desarrollo que garantice la inclusión y los derechos de todos los grupos sociales del país.
El último día 17, las instituciones divulgaron un comunicado retratando la situación actual y los efectos del cultivo del maíz transgénico en Paraguay. Según observan, este cultivo puede traer riesgos no sólo al medio ambiente y a la agricultura, sino también a la salud humana.
El llamamiento de las ONGs es por la destrucción del maíz genéticamente modificado tolerante al glifosato, bajo la alegación de que el cultivo de esta semilla no es permitida en el territorio nacional. "Los maíces transgénicos no fueron elaborados por técnicos de mejoramiento genético, sino por una tecnología cara, imprecisa y especializada, llamada Biotecnología, que agrega genes de otras plantas o animales al maíz", afirman.
De acuerdo con un estudio divulgado recientemente, la exposición a niveles mínimos de glifosato causa alteraciones severas en el desarrollo de embriones de anfibios. De esta manera, se confirma el perjuicio que esta sustancia causa tanto a la flora y a la fauna, como a los seres humanos.
Además, se destaca que la aplicación de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) provoca daños al equilibrio ecológico y a la biodiversidad, como por ejemplo, reducción en las especies de flora y fauna, mayor contaminación del agua y del suelo, entre otros.
El alerta para la salud del ser humano es que el consumo de OGMs, presentes en la alimentación y en los animales que consumimos, tiene efectos a mediano y a largo plazo. Preocupa también el hecho de que los productos transgénicos no sean identificados para el consumidor. Además, los alimentos transgénicos causan resistencia al uso de antibióticos, que cuando se los necesita, dificultan el combate de las enfermedades.
(La Biodiversidad en America Latina, 30/08/2010)