La Corte Internacional de Justicia de La Haya dará a conocer el próximo 20 de abril la sentencia del juicio por la instalación de la pastera Botnia, que generó un conflicto con Uruguay por supuesto daño ambiental. Sin vueltas, el experto en política internacional Carlos Escudé consideró que se trata de “un caso de maximalismo argentino”.
– ¿Cómo cree que se va a expedir La Haya?
– Lo más probable es que diga que Uruguay tiene razón.
–¿Por qué?
– Porque se sabe que las papeleras argentinas contaminan los ríos de una manera alevosa y la menos contaminante de las plantas es justo la pastera Botnia.
Además, a esas papeleras estuvieron a punto de instalarlas en la Argentina y los diarios de Entre Ríos en ese entonces aparecieron todos con noticias buenas y la gente estaba muy feliz.
–¿No comparte la postura argentina en torno el conflicto de las papeleras?
–Yo creo es un caso de maximalismo argentino más. Lamento decirlo, pero en esta los uruguayos tienen razón.
– ¿Y no ve chances de que Uruguay ceda?
– Para nada, por lo que significa para Uruguay en términos económicos, de trabajo, crecimiento ¿Cómo van los uruguayos a renunciar a eso? Es ridículo.
– ¿Y cómo se resolverá, entonces?
–La gente de Gualeguaychú se está cansando de protestar y cortar puentes. Ya se empezó a resquebrajar el reclamo y se terminará diluyendo. De acá a cinco años, el tema no existe más.
– ¿Y en el reclamo por Malvinas vislumbra solución?
– No, ese será un reclamo eterno. A diferencia del de las pasteras, este seguirá de manera crónica de gobierno a gobierno.
– ¿Por qué dice que Argentina perdió las chances de recuperarlas?
–La Argentina tenía posiblilidades de recuperar las Malvinas hasta antes de la guerra. A partir de 1982, las chances son prácticamente nulas, tiene derecho al pataleo pero ninguna chance.
–¿No cambia el escenario el hecho de que el petróleo encontrado en Malvinas es de mala calidad?
– Sí hay un nuevo escenario: mientras más importantes sean las Malvinas menos posibilidad de recuperarlas. Pero no. Igual no hay chances.
–¿Por que se resisten los británicos a negociar?
– Los ingleses no quieren negociar la soberanía porque aunque el hecho de negociar no significa ceder, saben que para los argentinos negociar la soberanía sí significa ceder. Entonces, prefieren no comenzar con el trámite. Además, aunque en el caso que los ingleses llegaran a decir: ¿Qué les parece si negociamos, ustedes se quedan con una de las islas, la que está más cerca de la costa, y nosotros la otra? Argentina no lo puede aceptar.
– ¿Por qué no?
– Porque nos hemos puesto un corset: hay desde 1994 una cláusula transitoria en la Constitución, que dice que es obligación de todos los gobiernos intentar recuperar las Malvinas. Esta cláusula es la mejor garantía que tenemos de que nunca vamos a conseguir nada. Sería lo ideal cambiarla, pero para eso hay que cambiar la Constitución y políticamente es imposible, el que proponga el cambio va a quedar como un vendepatria.
– ¿Es fundamental para la Argentina llevarse bien con los Estados Unidos?
– Y sí. Produce una cuarta parte de la riqueza mundial. Teniendo en contra a los EE.UU., las posibilidades de desarrollo se achican mucho. Lo más significativo de la política exterior del actual gobierno es que la relación con los EE.UU. es buena, pese a que la oposición ha tratado de manipular que las relaciones son malas.
–¿La relación con Chávez contribuye a eso?
– No, es una relación económica. Y la verdad es que aunque los Kirchner se dan abrazos con Chávez y los americanos no, en el fondo las relaciones de EE.UU. con Venezuela son muy parecidas a las Argentina con Venezuela. Hacen negocios por un lado y por el otro objetan al eje Caracas-Irán.
(Cronista, 04/04/2010)