El balneario Ñandubaysal, ubicado en Gualeguaychú, frente a la papelera Botnia, debió cerrar sus puertas luego de que alrededor de 100 personas sufrieran irritaciones en la piel. “El impacto que genera la instalación de la pastera es enorme y los resultados se van viendo poco a poco”, afirmó a este medio Adrián Stur.
No puede taparse el sol con las manos ni esconderse la tierra debajo de la alfombra para siempre. El primer episodio conflictivo se remonta al 2007 cuando los vecinos de Gualeguaychú denunciaron que hubo varios casos de intoxicación por la inhalación de sulfuro de sodio proveniente –supuestamente- de la pastera UPM, ex Botnia. Sin embargo, la planta de celulosa siguió funcionando sin demasiados sobresaltos. Los únicos que se mantuvieron en pie de guerra fueron los asambleistas que aún conservan cortado el paso que nos une a nuestros vecinos uruguayos como último gesto de lucha, y resistencia.
Ahora un nuevo capítulo se sumó a esta novela que pareciera tener final en abril cuando La Haya debería tomar una decisión sobre este conflicto que llegó al tribunal internacional.
El balneario argentino Ñandubaysal ubicado sobre el río Uruguay, en Gualeguaychú, fue clausurado por las autoridades sanitarias el 20 de febrero luego de que alrededor de 100 personas sufrieran irritaciones en la piel. “Nunca en toda la historia turística de la ciudad se constataron tantos casos en masa, 90 en total, que presentaron sarpullido luego de haberse bañado en las aguas del río Uruguay”, afirmaba el subsecretario de Salud y Medio Ambiente de Gualeguaychú, Martín Piaggio.
Piaggio informó que se inició una investigación que incluyó la toma de muestras de agua en distintos puntos del río, que están siendo analizadas en laboratorios de las universidades de Buenos Aires y de La Plata. Ñandubaysal es el complejo turístico más grande de Gualeguaychú, tiene capacidad para albergar 1.500 carpas y acceso a mil metros de playas de suaves pendientes.
Si bien la mayoría de los funcionarios no quisieron implicar directamente a la pastera por este caso en particular, off the record reconocen que los daños de la planta de celulosa comienzan a verse y que es innegable que la contaminación que genera va en detrimento de la actividad turística.
Impacto negativo
Aunque no quiso referirse puntualmente al problema del balneario de Ñandubaysal hasta no tener los resultados de los análisis, el subsecretario de Turismo de Entre Ríos, Adrián Stur, afirmó a Mensajero: “Nuestra postura al respecto es, desde siempre, la misma. Indudablemente, el impacto que genera la instalación de la pastera es enorme y los resultados se van viendo poco a poco. Todo impacta de una manera negativa que lamentablemente va en detrimento del destino”.
Stur marcó como antecedentes a este hecho “un olor muy fuerte que llegó a la ciudad en 2007” y aseguró que la contaminación visual que genera la planta funcionando enfrente del río produce un efecto negativo inmediato y permanente.
“Indudablemente -afirmó- esta noticia tiene un impacto perjudicial en nuestra actividad. Ahora no importa si fue a causa de la pastera, el impacto ya lo tuvo. La gente, por ejemplo, va a la noche al carnaval y no consume el resto de los productos”.
La respuesta de Botnia
Del otro lado del río, la Dirección Nacional de Medioambiente de Uruguay también analiza muestras tomadas frente a la pastera finlandesa UPM, ex Botnia. La titular de la Dirección, Alicia Torres, aseguró: “Normalmente tenemos una rutina de más de 15 parámetros que se analizan, donde se incluyen nutrientes, conductividad, presencia de coniformes, entre otros. En este caso quizás habría que mostrar también la presencia de clorofila y de posibles blooms, algas que suelen ocurrir en febrero”.
Por su parte, UPM deslindó responsabilidad en el episodio y dijo que el funcionamiento de la planta es normal. “No hubo ninguna irregularidad en los últimos días ni ningún accidente. El desempeño ambiental de la planta se ha mantenido dentro de los estándares desde el comienzo. Por lo tanto, no hay ningún incidente que pueda justificar esta situación y adjudicárselo a la planta”, informó la vocera de la empresa, Florencia Herrera.
“Ojalá que se vayan”
“Hasta que no estén los resultados no puedo emitir una opinión concreta. Lo que sí quiero aclarar es que el balneario no está cerrado sino que se prohibió el ingreso al agua”, afirmó a este medio la secretaria de Turismo de Gualeguaychú, Analía Romani. “Botnia está enfrente del balneario y tarde o temprano el daño se empieza a ver”, comentó aunque no quiso referirse puntualmente a este tema “hasta no tener los resultados de los análisis”.
“En este caso seguramente algo de culpa tiene Botnia. Por algo vinieron acá; fueron echados de otros lugares porque contaminan, no es una locura nuestra. Siempre hicimos hincapié en el medio ambiente y de hecho nos promocionamos como un destino que vende naturaleza. Entonces este tipo de hechos nos afecta”, afirmó.
“Ojalá que el fallo de La Haya sea favorable y se vayan las dos pasteras, que es lo que nosotros queremos”, finalizó Romani.
Por su parte, el secretario de Turismo de Paraná, Juan Carlos Guarneri, comentó a este medio: “Es una pena que esto suceda. Ya se ha hablado anteriormente de algunas manchas que han aparecido en el río. Así como la gente de Gualeguaychú defiende a ultranza lo suyo -algo que yo aplaudo-, los uruguayos seguirán defiendo a ultranza la fábrica. Indiscutiblemente la pastera ha estropeado visualmente un espacio que responde a uno de los humedales más grande del mundo.
Es lamentable que se haya hecho lo que se hizo. Quizás con esto empiecen a plantearse de diferente manera algunas cuestiones. Ahora hay que defender mucho más el medio ambiente de lo que se hacía antes”.
“Estamos muy preocupados”
El intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, aseguró a Télam: “Esto nos tiene muy preocupados, porque el balneario tiene más de 30 años y nunca había habido un episodio de estas características”.
El intendente declinó implicar “directamente” a la pastera Botnia, pero sostuvo que “es innegable que altera y perjudica el medio ambiente”. “Vamos a esperar los resultados de las muestras de agua, que ya fueron remitidas a la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación y a Prefectura”, dijo.
El jefe comunal también aseguró que “ya pueden verse alteraciones en la vegetación de la zona, como por ejemplo, que los camalotes se secan en el río Uruguay”.
(El Pais, MensajeiroWeb, 01/03/2010)