En el futuro habrá menos huracanes en el Atlántico pero serán más intensos y destructivos, pronostican investigadores en Estados Unidos
Basados en modelos de clima recientes, los investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), analizaron el impacto que podría tener el calentamiento global en los huracanes del Atlántico.
Descubrieron que aunque los modelos muestran que la frecuencia de los ciclones tropicales en la zona podrían disminuir, se proyecta un aumento de casi el doble en las tormentas de categoría 4 y 5 (los más devastadores) para fines del siglo 21.
Y se cree que estas tormentas destructivas se concentrarán en el Atlántico occidental, la zona que incluye al mar Caribe, Golfo de México y la Florida.
Mejor resolución
Estudios en el pasado ya habían demostrado que el calentamiento global podría estar provocando menos huracanes.
La explicación de esta aparente paradoja es que la actividad de los huracanes no está gobernada sólo por las temperaturas del océano sino también por factores como las corrientes marinas y la velocidad y dirección del viento en distintas capas de la atmósfera.
Tal como señala Tom Knutson, uno de los autores del estudio, "la clave de la frecuencia de los huracanes no está simplemente en saber cuánto se calienta el Atlántico, sino cuánto se calienta en relación a los otros océanos tropicales".
"Si se calienta más que el promedio tendremos un aumento en las tormentas. Si se calienta menos, tendremos una disminución".
Los científicos creen que el aumento de huracanes que hemos visto desde los 1980 quizás es resultado de esas diferencias en el promedio de calentamiento, y no del calentamiento global como un todo. Los modelos de clima recientes ya habían sugerido una disminución en los huracanes, pero hasta ahora no se había podido pronosticar cuál sería la intensidad de los futuros ciclones tropicales.
La nueva investigación -publicada en la revista Science- utilizó una herramienta más exacta para analizar los probables cambios en la intensidad de las tormentas.
Los científicos de la NOAA usaron una técnica para transferir datos de modelos de clima de baja resolución a otros con mejor resolución de la atmósfera. En los modelos de baja resolución, dicen los científicos, la mala representación de la atmósfera no permite generar la intensidad de las tormentas.
Los nuevos modelos de alta resolución, por el contrario, pueden pronosticar el crecimiento y movimiento de la actividad de los huracanes para producir una representación realista de las tormentas débiles y de las intensas.
Más destrucción
Los científicos encontraron que estos modelos muestran una reducción de 18% en el número de huracanes futuros. Pero para fines del siglo 21, las tormentas de categoría 4 y 5 con máximas velocidades de viento de más de 216 kilómetros por hora o más se duplicarán.
Y las tormentas con vientos de 234 km/h o más -los llamados superhuracanes- se triplicarán, afirman los investigadores.
Los resultados, afirman los investigadores, apoyan la teoría de que a medida que se incrementan las temperaturas del océano, el vapor adicional que sube a la atmósfera puede intensificar las tormentas existentes e inhibir la formación de nuevas tormentas.
Los investigadores agregan que a pesar de que se reduzca el número de tormentas, el potencial destructivo de los huracanes significará que éstos provocarán más daños de lo que causan hoy en día.
Los científicos descubrieron que hasta ahora, las tormentas de categoría 3 a 5 han causado el 86% de los daños provocados por huracanes en Estados Unidos. El nuevo modelo pronostica un aumento de 30% en el daño potencial que causarán los huracanes en el siglo 21.
(Agencias / Planeta Azul, 02/02/2010)