El movimiento agroecológico de Cuba es un puntal para lograr la seguridad alimentaria y sustituir cantidades significativas de alimentos, combustibles, pesticidas y abonos químicos. Más de 110 mil campesinos practican estas técnicas en sus cultivos o en la crianza de animales y unos 120 mil aplican la agricultura orgánica.
Orlando Lugo Fonte, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), hizo estas valoraciones a Trabajadores, luego de clausurar, en Güira de Melena, el II Encuentro Internacional de Agroecología y Agricultura Sostenible, al que asistieron un centenar de extranjeros y 70 cubanos.
Los delegados constataron los avances de este movimiento en las fincas y cooperativas de varias provincias del país, y quedaron impactados por los resultados productivos, que “no son aún los que debemos tener, pero son aleccionadores si los comparas con lo que había dos años atrás, cuando asistieron al Primer Encuentro”, afirmó Lugo.
“Los cubanos somos los más obligados del mundo a desarrollar y extender las prácticas de la agroecología y la agricultura sostenible, porque tenemos un país y una economía bloqueada desde hace casi 50 años, y dependemos de la importación de grandes cantidades de alimentos para mantener los niveles adecuados que requiere la población. Este tipo de agricultura aporta alimentos más baratos y sanos”, aseguró el dirigente campesino.
Lugo Fonte, destacó el incipiente desarrollo de la agricultura suburbana, que integrarán miles de campesinos y cooperativistas, y tendrá como premisa el uso de la tracción animal y los abonos y pesticidas orgánicos y biológicos.
Informó que este año debe concluir con la producción de 100 mil toneladas de humus de lombriz y 150 mil toneladas de abonos orgánicos, lo que se convierte en una fortaleza para las producciones agroecológicas.
Dijo, que en todo el país hay más de 800 personas que se dedican a la atención de la agroecología y que ya en muchas cooperativas existen personas capacitadas para asesorar estas labores, por lo cual es factible continuar extiendo estas prácticas.
Peter Rosset, experto de la Organización Internacional Vía Campesina, afirmó que Cuba es un faro del movimiento agroecológico mundial, porque percibió tempranamente la necesidad de colocar a la familia campesina como la protagonista de las transformaciones de su propia realidad.
El investigador norteamericano, defiende la teoría de sustituir el uso de elementos químicos y de la mecanización en los procesos agropecuarios, por los irrecuperables daños que causan al suelo, al medio ambiente y por consiguiente en el ser humano. Reconoció la dinámica alcanzada por los campesinos cubanos para revertir esta política y la integración con los centros científicos para afrontar mayores desafíos.
(Por Ana Margarita González, Agencia Prensa Rural, 19/01/2010)