Se han dejado de tirar miles de toneladas al medio ambiente. Igualmente afirmó que hay un desfase importante en la autorización de la siembra experimental de este producto en comparación a otros países.
En la Comarca Lagunera se han dejado de tirar miles de toneladas de pesticidas con el uso de semillas trasngénicas de algodón, aseguró Florentino Martínez Alvarez, consejero de la Cooperativa Agropecuaria de la Comarca Lagunera así como presidente del Comité Biotecnológico.
Igualmente afirmó que hay un desfase importante en la autorización de la siembra experimental de este producto en comparación a otros países.
“Hace diez años que se debió dar este paso que en todo el mundo se ha dado, nosotros somos un país importador de maíz transgénico; el pretexto que dice Greenpeace es que se van a contaminar los granos tradicionales, pero incluso el maíz que se siembra en la Región Lagunera, que aunque no sea transgénico, es muy diferente a las variedades que se quieren proteger.
Hay muchas maneras hacerlo para guardar sus valores genéticos, pero se importa maíz, se consume, no sólo los animales, sino los humanos también lo usamos”.
Aseguró que no se les permiten sembrarlo, siendo que es una de las pocas armas con que se cuenta, “que con un poco de gasto extra en la semilla, se obtendrían mayor producción, todo el mundo lo está haciendo, unos pocos paises no lo han hecho, pero los argumentos son poco válidos”, aseguró. Destacó que aquí en La Laguna se empezarán a hacer pruebas piloto.
Sin embargo, lamentó que esto sólo vendrá a confirmar lo que ya se sabe en cuanto a los beneficios, y además estas investigaciones sólo vendrán a atrasar otros dos años el avance del campo en México.
Destacó que ya hay solicitudes para que entrando la época de siembra, se tendrán varias hectáreas destinadas a la siembra con este tipo de semillas de maíz, “son pocas hectáreas y será de forma aislada”.
Comentó que la otra semilla importante transgénica es la soya, que tiene muchas mejores cualidades. “El algodón tenemos muchos años sembrándolo a discreción. Pero se han dejado de tirar miles de toneladas de pesticidas al ambiente, los productores saben de ésto”.
En cuanto a la inversión, destacó que la diferencia normal en comparación con la siembra normal de maíz es el costo de la semilla, que tiene una tecnología que hay que pagar. “Hay un sobreprecio, pero esto se paga con creces con el ahorro de insecticidas y el aumento en la producción”, aseguró.
(Milenio / Planeta Azul, 11/01/2010)