La investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, Alma Orozco Segovia, desarrolló una técnica para mejorar semillas, que permite restaurar de manera más efectiva zonas boscosas o selvas al tener los cultivos una sobrevivencia del 20 por ciento de sus individuos
En su estudio sobre el “Enterramiento de semillas para su germinación”, señala que los resultados con varias especies como “mala mujer” (Wigandia urens), el encino y el tepozán en el Ajusco, mostraron también más resistencia a las condiciones adversas, un crecimiento homogéneo y simétrico.
La doctora en Ciencias y con especialidad en ecología funcional explica que con este método se iniciará un trabajo de restauración en los alrededores de Xalapa, Veracruz, con más de 90 especies de vegetación original.
Señala que sin la técnica, las plantas que se desarrollan de semillas normales, sólo tienen un 10 por ciento de sobrevivencia. “El aumentar la perspectiva en lo doble, hace más efectiva la restauración ecológica de algún lugar”.
Pero también, añadió, se hará un manual para que los campesinos usen la técnica y tengan cultivos mejores y más productivas siembras.
TÉCNICA BAJO TIERRA
La especialista explica que la técnica se basa en el enterramiento y luego retiro de las semillas antes de su germinación, con el objetivo de mejorar las plantas jóvenes que se llevan al campo para diversos cultivos o la reforestación.
Con el proceso, dice, se ha comprobado que estas semillas que perciben el ambiente son más vigorosas al momento de la germinación, que es más rápida y sincrónica y son más resistentes a condiciones adversas.
A nivel molecular, lo que les sucede, señala, se comprobó en un estudio de la doctora en Ecología, Alicia Gamboa, quien detalló que su patrón de expresión de proteínas tuvo transformaciones, lo que implicaba que se preparaba para la germinación.
La investigación, detalla, se basa en una técnica que usan los agrónomos para desarrollar mejores semillas, pero las cuales son muy caras. “Los pasos de hidratar y luego deshidratar los granos, para después ponerlos a germinar”.
Ese mismo sistema lo usamos pero bajo la tierra: primero enterramos las semillas y luego las sacamos. Después las pusimos a germinar y los resultados fueron satisfactorios al tener mejores semillas y el desarrollo de plantas jóvenes con mejores condiciones”.
El estudio, “Germinación y establecimiento temprano de plantas con base a su enterramiento”, puede redundar en grandes beneficios para la agricultura o la restauración de áreas dañadas, añade.
BENEFICIOS. Una de las metas es poder restaurar cualquier bosque con mayor efectividad. “Hasta el momento, hemos probado con varias especies como ‘la mala mujer’, el tepozán y encinos en el Ajusco con resultados satisfactorios. Además, esta técnica se puede aplicar a cualquier especie de planta, pero primero hay que saber cómo debe ser el proceso individual para su germinación”.
En este sentido, señala, se debe saber cómo germina cada especie, y esto sólo se conocerá cuando tengamos bien definido para cada semilla el periodo de enterramiento y cuál será el momento de sacarla.
No es una técnica sofisticada, agrega, pero se debe saber con precisión los tiempos de cada semilla para que el proceso sea el óptimo. “La intención es que los campesinos puedan tener un vivero natural donde germinen sus semillas antes de introducirlas al campo”.
Además de los trabajos que realiza en la investigación, la doctora Alma Orozco colabora con el investigador Arturo Gómez para establecer una proyecto para especies tropicales, cuyo objetivo es restaurar las selvas bajas y altas y los bosques templados del país con su técnica.
(La Crónica / Planeta Azul, 05/01/2010)