La Ciudad debe mejorar la recolección y el reciclado de desechos, y concientizar a los vecinos sobre la responsabilidad que también les cabe.
La recolección de la basura en los centros urbanos suele estar plagada por costosos desacuerdos, así como el desperdicio de soluciones que benefician la sostenibilidad y el medio ambiente.
Es importante recordar la crisis en Nápoles, Italia, a principios del 2008, en la cual esa ciudad se ahogó en su propia basura. Alrededor de 2 mil toneladas comenzaron a acumularse en las calles, luego de que dificultades en sus depósitos y vertederos de basura causaron una saturación extrema. Los incineradores de basura también fueron insuficientes tras este colapso, lo que provocó que montañas de desperdicios se apilaran en las calles. Tras la ineptitud de las autoridades locales e inclusive del gobierno italiano, el ejército tuvo que barrer y recoger las miles de toneladas en las calles, para luego exportarlas a Cerdeña y Alemania, todo a un altísimo costo para el gobierno y los contribuyentes. Hasta hoy, el problema de la basura en Nápoles no ha sido resuelto y miles de toneladas de residuos siguen acumulándose en sus calles.
Es un caso muy distinto al de ciudades como San Francisco, California, que actualmente envía 72% de sus desechos a centros de reciclaje y compostaje, así evitando su acumulación innecesaria en sus aceras, basureros y rellenos sanitarios. Otras ciudades aún más grandes -como Nueva York y Los Ángeles- envían más del 60%. Y preparándose para las Olimpíadas del 2012, Londres se ha fijado la ambiciosa meta de no permitir que un solo desecho ocasionado por los juegos olímpicos quede inerte en un botadero.
En la Ciudad de Buenos Aires estamos al tanto de estas iniciativas, por lo que hemos fijado nuevos objetivos para optimizar la recolección y concientizar a la población sobre la necesidad de separar los residuos, diferenciando entre reciclables y basura. Por lo tanto, el programa Basura Cero adopta medidas dirigidas a la reducción de la generación de residuos, la recuperación y el reciclado, así como la disminución de la toxicidad de la basura y la responsabilidad del fabricante sobre sus productos.
Es nuestra meta lograr la reducción drástica de los residuos destinados a rellenos, mediante la formalización e integración de los Recuperadores Urbanos en el circuito del servicio público de recolección diferenciada. Tenemos proyectada una reducción a 50% para el año 2012 y 75% para el 2017, con la meta de eliminar en un 100% el envío de materiales aprovechables a rellenos para el 2020. Asimismo, necesitamos incorporar nuevas tecnologías y proyectos ambientales que pongan en marcha los sistemas de recuperación y reciclado de residuos sólidos urbanos, así como el aumento de los materiales que regresan como materia prima posconsumo a la industria.
A través de esta campaña, deseamos integrar los procesos de saneamiento y disposición con la conciencia y la participación de la ciudadanía. Tenemos que trabajar por una gestión eficaz de recolección y reciclaje, erradicar sitios de arrojo clandestino de residuos y forjar alianzas con emprendedores, micro-empresas, organizaciones no gubernamentales y entidades comunitarias.
Debemos reconocer también la importancia de la cooperación de la ciudadanía y ampliar nuestros esfuerzos para mejorar la sostenibilidad de nuestra Ciudad. La responsabilidad es de todos.
(Por Horacio Rodríguez Larreta, Governo da Cidade de Buenos Aires / Clarín, 29/12/2009)