Las corporaciones transnacionales y las empresas israelíes están directamente involucradas en la ocupación de Palestina. En una fusión de intereses políticos, geopolíticos y religiosos, la ocupación israelí de Cisjordania, Gaza y Altos del Golán beneficia a los intereses corporativos, donde las corporaciones de bienes raíces se benefician con la ocupación para obtener ventajas, desarrollan las colonias o asentamientos israelíes y participan en la construcción y operación de un sistema étnico de separación, idéntico al “apartheid”, incluyendo caminos con puestos de control y murallas. También diseñan y suministran equipos y herramientas para el control y represión de la población civil bajo la ocupación.
El grupo israelí Coalición de Mujeres por la Paz conduce una extensa investigación en terreno para sacar a la luz pública a centenares de compañías transnacionales y sociedades locales implicadas en la ocupación, cuyos resultados están siendo publicados en la página web Who Profit.
El proyecto ahora se centra en tres áreas principales de la participación corporativa en la ocupación: la industrialización de los asentamientos, la explotación económica y el control de la población. En esta etapa no se está investigando la enorme industria militar ni el comercio de armas.
Los negocios de construcción que hoy están en pleno desarrollo en los territorios ocupados de Cisjordania y Altos de Golán incluyen urbanizaciones así como extensos proyectos de infraestructura, tales como caminos y redes de agua para el uso exclusivo de los colonos israelíes en las tierras confiscadas a los palestinos. El sector de la construcción incluye a vendedores de propiedades inmobiliarias, contratistas, planificadores, proveedores de materiales, seguridad, vigilancia y servicios de mantenimiento.
Mientras el gobierno de EE.UU. ha sostenido en numerosas ocasiones la ilegalidad de los asentamientos israelíes en tierra palestina, al mismo tiempo estimula la ayuda estadounidense a esos mismos asentamientos mediante exenciones de impuestos a las donaciones, que casi se han duplicado en el último año y están creciendo rápidamente.
Una auditoría de los expedientes de impuestos estadounidenses realizada por la agencia de noticias “Reuters” encontró que 13 grupos exentos de tributación y vinculados explícitamente con los asentamientos manejaron la recolección de más de 35 millones de dólares sólo en los últimos cinco años. La ex secretaria de Estado Condoleezza Rice defendió los incentivos fiscales como “humanitarios” y rechazó cualquier comparación con las caridades a favor de los palestinos que hacían frente a sanciones de EE.UU. por vínculos sospechosos con partidos islámicos, tales como Hamás.
En las zonas industriales israelíes desarrolladas dentro de los territorios ocupados existen centenares de grandes fábricas de corporaciones que exportan sus productos a todo el mundo y otras empresas que abastecen a los colonos. La explotación de los asentamientos se beneficia de alquileres bajos, incentivos fiscales especiales, una aplicación floja de las leyes ambientales, leyes de flexibilidad laboral y otros apoyos gubernamentales.
Los palestinos empleados en estas zonas industriales trabajan bajo restricciones severas de sus movimientos y de su organización sindical y con casi ninguna protección del gobierno israelí. Estas ventajas a menudo favorecen la explotación del trabajo del obrero palestino, de los recursos naturales palestinos y del mercado palestino de consumidores.
Economía subterránea de Gaza, la prisión abierta más grande del mundo
Todas las importaciones y exportaciones palestinas son controladas, restringiendo su competitividad con las mercancías israelíes y convirtiendo a los consumidores palestinos en un mercado cautivo que sólo consume productos de Israel. Las restricciones impuestas al desarrollo de la economía palestina y a todos sus servicios básicos de primera necesidad benefician a las corporaciones israelíes.
Las severas restricciones al movimiento de trabajadores y productos palestinos dentro de los territorios ocupados, y en las áreas vecinas, aumenta mucho más la dependencia de la economía palestina de las corporaciones israelíes como patrones y minoristas. La red cada vez mayor de puestos de control y de grandes muros procura la destrucción de la producción local y de la capacidad de negociación de los trabajadores palestinos.
Cuando los ultrajados palestinos de Gaza votaron por la dirección de Hamás en elecciones democráticas, en enero de 2006, Israel impuso un bloqueo total a toda la población de Gaza. Los palestinos, decididos a continuar oponiéndose a la ocupación, encontraron una manera de evitar el hambre total.
La periodista Sara Flounders, del Workers World Newspaper, escribió: “El bloqueo israelí condujo a una nueva estructura económica, a una verdadera economía subterránea. Los palestinos sitiados han cavado más de 1.000 túneles bajo una frontera totalmente sellada. Millares de palestinos ahora están empleados en la excavación, el contrabando o el transporte y la reventa de mercancías esenciales”. El contrabando constituye aproximadamente el 90 por ciento de la actividad económica de Gaza, según el economista local Omar Shaban.
Los túneles conectan a la ciudad egipcia de Rafah con el campamento de refugiados palestino del mismo nombre dentro de Gaza. Se han convertido en una red fantástica de pasillos cavados a través del suelo arenoso que dan sustento a la vida. Típicamente, los túneles miden “tres décimas de milla larga” (483 mt), a una profundidad aproximada de 20 m, cuestan de 50.000 a 90.000 dólares y requieren varios meses de intenso trabajo de excavación.
La comida se remolca mediante trineos plásticos, en tanto el ganado en pie pasa a través de los túneles más grandes. A través de estos pasillos subterráneos llega harina, leche, queso, cigarrillos, aceite de cocina, crema dental, pequeños generadores, ordenadores y calentadores de kerosén. Cada día cruzan las fronteras subterráneas cerca de 300 a 400 envases de gas para cocinar. En el lado egipcio, el comercio sostiene una economía en crisis, mientras los guardias y oficiales corruptos o comprensivos miran hacia otro lado.
El cerco israelí de Gaza, mortificada además por 23 días de bombardeos y de invasión sistemática, crea destrucción y escasez masivas. Los israelíes destruyeron las plantas procesadoras de alimentos, criaderos de pollos, depósitos de granos, existencias de alimentos almacenados por Naciones Unidas, casi toda la infraestructura restante y 230 pequeñas fábricas. A la fecha de esta descripción, los guardias israelíes rechazaban el ingreso a Gaza de centenares de camiones que permanecían estacionados en Israel, a la vera del camino, repletos de suministros esenciales enviados por las agencias internacionales y humanitarias.
Tan pronto como terminó el bombardeo israelí, se reanudó el trabajo en los túneles. Sin embargo, Ann Wright, coronel jubilada del Ejército de EE.UU., ex funcionaria del departamento de Estado y actualmente activista por la paz, preguntó: “¿Cómo se reconstruirán 5.000 hogares, negocios y edificios públicos cuando la única manera de introducir materiales en la prisión llamada Gaza es a través de los túneles? ¿Acaso las planchas de acero para los tejados se doblarán en 90 grados para pasarlas a través de los túneles de Egipto?
¿Las toneladas de cemento, madera de construcción, materiales de techumbre, clavos, tabiques y pinturas se acarrearán a mano, cargando y cargando por subterráneos a 20 m de profundidad, a través de un túnel 150 a 250 m de largo y entonces, los levantarán desde un agujero de 20 m para cargarlos en el camión que espera en Gaza?”
Para la población de Gaza será doloroso reconstruir sus hogares, negocios y fábricas. Más de 5.000 hogares y construcciones de viviendas resultaron destruidos y fueron agujereados centenares de edificios del gobierno, incluyendo la sede del Parlamento. Dos fábricas de cemento del norte de Gaza fueron totalmente destruidas por las bombas israelíes.
Las fuentes de materiales de construcción, cemento, madera, clavos, vidrios, tendrán que ser trasladadas a Gaza desde el exterior. Israel controla el 90% de las fronteras de tierra del norte y este de Gaza y el 100% del mar del lado oeste de la ciudad, en tanto Egipto controla la frontera sur.
Wright concluyó: “Los israelíes que bombardearon Gaza serán los primeros en beneficiarse financieramente de la reconstrucción de Gaza. La bombardearon y ahora venderán los materiales de construcción para reconstruir lo que han destruido, exactamente como hizo EE.UU. en Iraq”.
Actualización de Sara Flounders (de Workers World Newspaper)
Mucho se ha escrito sobre el sufrimiento de los palestinos y todo es verdad. Lo que otorga a la historia de Palestina su potencia especial, empero, no es el sufrimiento, sino la voluntad indomable de su pueblo para continuar luchando, incluso cuando parece imposible. Esta parte de la historia de sufrimiento y determinación continuó en los seis meses posteriores al bombardeo israelí masivo de Gaza que terminó el pasado mes de enero.
La invasión israelí convirtió en basura mucha de la frágil infraestructura de Gaza. El bloqueo de la ciudad continúa, reduciéndola a una economía de prisión, con toda la desesperación que eso implica. Se está haciendo todo lo posible para intensificar su aislamiento. Los israelíes han prohibido la entrada incluso de los materiales de construcción más básicos que son esenciales para reconstruir millares de hogares que destruyeron las bombas israelíes durante el ataque a la población de Gaza de diciembre-enero (2008-2009).
Gente de todo el mundo ha recolectado diez de millones de dólares en medicinas, comida, ropa y otra ayuda diaria para enviársela a 1,5 millones de palestinos que viven en Gaza, la prisión al aire libre más grande del mundo. El gran bulto de esa ayuda está atascado al borde de la frontera, impedido su ingreso por las autoridades israelíes de ocupación.
Mi artículo “Los túneles de Gaza”, escrito en el pasado mes de febrero, versaba sobre los 1.000 túneles que los palestinos cavaron y mantuvieron valerosamente para ingresar materiales desde Egipto. Estos túneles construidos durante los meses del cerco y abiertos de nuevo después de la invasión continúan siendo una importante tabla de salvamento para la población y un símbolo de la resistencia continua de Gaza. Ahora, incluso se han convertido en una fuente de materiales de construcción desesperadamente necesarios.
Para reconstruir sus hogares bombardeados, algunos gazenses han vuelto a hacer ladrillos secos de fango, un material casero de la edad antigua. Y el mejor fango proviene de sus propios túneles, como señaló un artículo en Bloomberg el 3 de junio. Una vez más una fuente de posible desesperación se ha convertido en una historia que inspira confianza en la victoria final.
Pero es importante que el resto del mundo proteste por el aislamiento sistemático y la destrucción total de Gaza. Una manera de hacerlo es uniéndose al trabajo de Viva Palestina, una entre varias campañas de solidaridad con Gaza determinada a proveer una pequeña porción de suministros indispensables para los gazenses y, quizás aún más importante, llamar la atención del mundo sobre la continuación del bloqueo israelí.
George Galloway, un parlamentario de Gran Bretaña, organizó la primera caravana de Viva Palestina que partió desde Londres en marzo de 2009 y en 23 días cruzó África del Norte para ingresar a Gaza 107 vehículos -incluídas ambulancias y un carro de bomberos-, 255 personas y 2 millones de dólares en ayuda. Ahora, Galloway y el veterano pacifista de Vietnam Ron Kovic están organizando una caravana similar que partirá desde Estados Unidos con el objetivo de llevar 500 vehículos y 10 millones de dólares en ayuda e impactar la política hacia Palestina y Gaza (Véase www.vivapalestina-us.org).
El Centro de Acción Internacional está apoyando el esfuerzo de Viva Palestina y espera que cada vez más gente y organizaciones de todo el mundo se unan para ayudar a levantar el bloqueo de Gaza y mostrar solidaridad con el pueblo palestino, que de nuevo está mostrando su fortaleza.
(Por Sara Flounders e Ann Wright, Workers World Newspaper / ArgenPress* / OMAL, 26/11/2009)
* Traducción de Ernesto Carmona