Mientras en Copenhague continúan las negociaciones para reducir el impacto climático de la deforestación, ayer los gobiernos europeos bloquearon las propuestas del Parlamento Europeo para mejorar el borrador de la ley que debe prevenir la presencia en Europa de productos procedentes de talas ilegales. De la reunión de los ministros de Agricultura de la Unión Europea salió un acuerdo político flojo y sin ambición.
“La comunidad internacional discute estos días cómo reducir las emisiones de CO2 procedentes de la deforestación, y mientras tanto, en Bruselas los Gobiernos europeos rechazan propuestas para reducir la tala ilegal y minimizar la huella ecológica y climática de la Unión Europea sobre los bosques del planeta”, ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques y Clima de Greenpeace España.
“La votación de los ministros de Agricultura ha sido una bofetada en la cara al Parlamento Europeo. El apoyo de los ministros a los intereses de la industria forestal provocará que sea imposible para los ciudadanos europeos saber si los productos de madera que compran proceden de fuentes legales o no”, ha añadido Soto.
El Consejo de Ministros ha rechazado establecer un nivel mínimo de multas y sanciones por no aplicar la nueva legislación. A pesar de que la tala ilegal es una de las principales causas de deforestación y degradación ambiental, los ministros de la UE se han equivocado al no establecer un sistema de diligencia debida que prohíba claramente la venta de madera ilegal en el mercado europeo (1).
Además, también se ha ignorado la propuesta del Parlamento de mejorar la definición de lo que significa “madera producida legalmente” así como la de establecer un sistema de trazabilidad a lo largo de la cadena de comercialización de productos forestales y de mejorar el funcionamiento y la credibilidad de las organizaciones que monitorizarán esta cadena. Finalmente, el Consejo ha pedido posponer tres años la aplicación de la ley.
España, Reino Unido, Holanda y Dinamarca expresaron su desacuerdo con la posición del Consejo de Ministros y pidieron una completa prohibición de la madera de origen ilegal. Francia y Luxemburgo expresaron la necesidad de crear un régimen de sanciones severo y disuasivo a nivel europeo, pero votaron a favor del acuerdo del Consejo. La presidencia sueca de la UE, junto con Finlandia, Austria y Portugal encabezaron los esfuerzos para debilitar la ley y defender los intereses de la industria forestal.
“Si Suecia quiere que la Unión Europea sea tomada como un actor clave en la lucha contra el cambio climático, debe mostrar su determinación a la protección de los bosques del planeta y no abusar de su posición en la presidencia de la UE para contentar a la poderosa industria forestal”, añade Soto.
Está previsto que la segunda lectura del borrador en el Parlamento Europeo tenga lugar en el primer semestre del 2010, bajo la presidencia de España.
(1) Bajo esta legislación, los operadores deberán evaluar y minimizar los riesgos de que madera de origen ilegal entre en su cadena de suministro usando un sistema de “diligencia debida”.
(Greenpeace Espanha, 16/12/2009)