El cultivo de algodón es uno de los grandes males ambientales de nuestro tiempo, y de los menos conocidos. Las plantaciones de algodón convencional ocupan el 3% de la superficie cultivada del planeta pero consumen el 23% de los insecticidas usados en el mundo y el 10% de todos los químicos, tanto en la plantación como en el posterior tinte.
Cada vez más voces denuncian esta contaminación, que se une al despilfarro energético que supone la importación desde Asia de casi todo el textil que se consume en el mundo. Yendo más allá de la denuncia, marcas como Fox-Fibre, Mandacaru, Absolute organic o Egg by Susan Lazar, evitan el 100% de los pesticidas químicos al utilizar para la confección de sus prendas algodón totalmente orgánico, evitan además todo tipo de semillas transgénicas y, al crecer con un color natural, hace innecesario posteriores tintes químicos. Una nueva tienda –Ecomanía - trae a Madrid este algodón ecológico.
Los plaguicidas utilizados en las plantaciones de algodón convencional han provocado catástrofes de magnitudes bíblicas, como la desecación del mar de Aral en el Turkestán o el desastre de Bophal (India) donde murieron miles de personas en 1984 por el escape de un gas letal utilizado como plaguicida en los cultivos de algodón. Además, el bromuro de metilo y casi todos los demás plaguicidas organoclorados que se utilizan el cultivo de algodón están clasificados como potencialmente cancerígenos, además de dañar en muchos casos la capa de ozono.
Por otro lado, la industria del tinte es de las más contaminantes del mundo, ya que los procesos de teñido implican la emisión, tanto a las aguas freáticas como a la atmósfera, de importantes cantidades de peróxido de hidrógeno, sodio, cloro e hipoclorito sódico. También se libera productos sintéticos derivados del azufre, el cromo y el petróleo, junto con cobre, níquel y otros metales pesados.
De todo esto está libre el algodón certificado. El de Estados Unidos, revisado por entidades estatales, asegura que los campos de cultivo no han sido tratados con ningún producto químico en al menos tres años y que los campos respetan unas distancias mínimas con otras plantaciones que puedan usar algún producto contaminante. Marcas de algodón orgánico como Fox-Fibre van más allá y aseguran que los campos de cultivo han estado de tres a diez años sin haberse tratado con agroquímicos, mantienen la franja de seguridad alrededor, y por supuesto, no utilizan ningún producto que no sea natural durante el cultivo. Incluso las plagas habituales de estas plantas se combaten con control biológico.
Si tenemos en cuenta que la mitad de todos los tejidos que se fabrican en el mundo son de algodón, y casi la otra mitad lo llevan en su composición, comprenderemos fácilmente la enorme importancia que tiene este producto en la agricultura y el medio ambiente de todo el planeta. De hecho, el cultivo de esta planta textil da trabajo a más de 100 millones de campesinos y procesadores
La mayoría de las personas, sin embargo, desconocen que el algodón puede crecer en la planta en colores distintos al blanco, pero lo cierto es que hace 5.000 años, ya se cultivaba en América algodón de color marrón o verde, como han demostrado los yacimientos de Tehuacán (México) o Huaca Prieta, en la costa norte del Perú. La revolución industrial y la posterior aparición de los tintes químicos baratos, a principios del siglo XX, eliminó las plantaciones del algodón de colores, ya que resultaba más barato cultivar algodón blanco y posteriormente teñirlo. Además, con este sistema industrial, la paleta de colores era ilimitada.
Las plantaciones de algodón de color quedaron relegadas a unas pocas tribus indígenas de los Andes y, ahora, Fox Fibre ha recuperado esas variedades de algodón en color Búfalo, Coyote, Palo Verde y Green, cada vez más conocidas y apreciadas. Empresas como Levi Straus, Espirit, Marco Polo y otras han hecho compras millonarias de tejido ecológico, y la creadora de la marca, Sally Fox, ha recibido numerosos premios por su contribución a la sostenibilidad del planeta. Instituciones públicas de España y otros países están estudiando en sus pliegos de contratación para suministro de materiales y servicios que algunas prendas de trabajo o artículos de lencería estén elaborados obligatoriamente con algodón 100% ecológico.
El algodón ecológico y libre y con colores naturales puede ya adquirirse en Ecomanía (www.eco-mania.es), una tienda de decoración, hogar y juguetes ecológicos que ha abierto sus puertas en el barrio de Chueca, en pleno centro de Madrid. Su lema es “si tú no formas parte de la solución, eres parte del problema”. En Ecomanía sólo se venden productos hechos con algodón biológico.
(Ecoticias.com, 02/11/2009)