Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que es suficiente con preservar las praderas submarinas, marismas y bosques de manglar para conseguir un efecto equivalente a un 10% de la reducción de CO2 necesaria para mantener la concentración de este gas en la atmósfera por debajo de las 450 partes por millón.
Se considera que ese es el límite máximo para que la temperatura no aumente más de dos grados centígrados (con respecto al nivel preindustrial), lo que tendría consecuencias catastróficas.
La ONU encargó este informe a científicos destacados de todo el mundo para que pusieran en valor el potencial de estos ecosistemas. La organización era consciente de que la capacidad de capturar CO2 por parte de los ecosistemas oceánicos ha sido pasada por alto en los mecanismos de reducción de emisiones. El objetivo de la ONU es claro y forma parte de su estrategia para conseguir sacar adelante, en Copenhague en el mes de diciembre, el texto que debe sustituir al protocolo de Kioto de reducción de emisiones contaminantes.
Naciones Unidas quiere arrancar en esa cita el compromiso de los países en desarrollo a cambio de compensarles por conservar sus manglares, marismas y praderas submarinas. Existen ya conversaciones con el Banco Mundial para crear un fondo de financiación para estos proyectos de conservación y ver de qué manera tutelar el destino de las compensaciones que reciban estos países.
Se trata de un mecanismo parecido al que ya está planteado para los bosques en tierra, de tal forma que países como Brasil o Indonesia podrían ser compensados por conservar esos bosques.
La estrategia de la ONU ahora es captar a otros muchos países, los que cuentan con ecosistemas marinos como manglares, praderas submarinas o marismas que, pese a ser menores en superficie que los bosques tropicales del planeta, tienen un poder entre 3 y 10 veces superior de capturar y almacenar CO2 de la atmósfera.
El nuevo protocolo que debe salir de la cita de Copenhague podría así contar con el respaldo de los países del sudeste asiático, del oeste de África y del Caribe que tienen grandes extensiones de estos ecosistemas marinos.
(Planeta Azul, 19/10/2009)