Horacio Busanello, presidente de la filial local de la semillera Syngenta y de la Cámara Argentina de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes –que ayer (09/09) celebró 60 años en el hotel Hilton de Buenos Aires, expresó entre tantas cosas que “Sin glifosato, volvemos a 1995. Sin glifosato, la soja no es viable y la producción de granos cae 70%”.
Una duda existencial: ¿Syngenta Seeds es la empresa trasnacional helvética especializada en la comercialización de semillas que en el año 2007, el Tribunal Federal del Estado de Paraná de Brasil multó con 630.000 francos suizos porque la agroquímica incurrió en un delito medioambiental al realizar una serie de plantíos de soja transgénica en una zona que es considerada como reserva ecológica?.
Sigue la duda, ¿Es la empresa que el 22 de marzo de 2005, la Comisión Europea fue informada de que la compañía Syngenta había vendido, por “error” entre el año 2001 y 2004 unos 14.000 sacos de semillas de maíz transgénico Bt10 no autorizado?. Este maíz se cultivó en una superficie de unos 150 kilómetros cuadrados en Estados Unidos, así como en Canadá y Argentina, produciendo la nada despreciable cantidad de 150.000 toneladas de maíz transgénico ilegal. Sugiero leer el artículo: Compañías ricas, hambre para pobres.
Rescato del reportaje una realidad denunciada desde hace años por muchos médicos y la abogada, Dra. Graciela Gómez y expresada por el Busanello presidente de Syngenta: “Usar banderilleros es criminal, y si son chicos, mucho más”. Hay que hacer una campaña para educar a los aplicadores de glifosato, que no lo usen en exceso ni cerca de poblaciones”.
Aquí está confirmando públicamente que nunca se hicieron campañas de prevención. Legalmente es una grave omisión, impericia, imprudencia y negligencia por parte de las corporaciones que venden los productos y por parte del Estado, máxime que hay adultos y niños con problemas de salud graves debido a una situación prevenible y evitable. No es tan fácil hacer borrón y cuenta nueva.
(Por Silvia Paglion, Bahianoticias.com, 10/09/2009)