Su alta concentración en sales y minerales lo ha hecho atractivo al turismo pues posee propiedades curativas, pero se está secando
Para quienes le conocen de cerca, para aquellos que han entrado a sus aguas y se han cubierto de su lodo curativo, ya está confirmado como una verdadera maravilla. Pero dentro de un tiempo, su condición de tal podría ser "oficial". Es que tras una gran expectativa , el Mar Muerto, ubicado en territorio israelí, jordano y palestino, ha logrado pasar a la final en la competencia destinada a elegir las nuevas "siete maravillas naturales del mundo" de un total de 77 sitios que llegaron a la etapa anterior. Junto al Mar Muerto, se encuentran en la prestigiosa lista otros 27 lugares como el Kilimanjaro, el Amazonas , las Islas Galápagos, las Islas Maldivas y el Grand Cañón .
El Ministro de Turismo de Israel Stas Misheznikov expresó su felicidad por el éxito del Mar Muerto y su avance hacia la próxima etapa, anunciando que su ministerio se abocará a garantizar que se convierta oficialmente en una de las "siete maravillas". Misheznikov señaló que el Ministerio de Turismo encabezará en el transcurso de los dos próximos años la campaña destinada a garantizar que el Mar Muerto sea uno de los ganadores, a través de sus 14 representaciones en el mundo. Esto se concretará a través de un sistema de internet activo que funciona en más de once idiomas.
La organización será clave, pero los argumentos ya están presentes. Han sido proporcionados por la propia naturaleza, que ha convertido al Mar Muerto en un sitio poco común por su alta concentración de sales y minerales de propiedades curativas. Es visita casi infaltable de todo turista que llega a Israel. Las originales fotografías de gente suspendida en el agua leyendo el periódico sin que le sostenga nada más que la sal del agua -es la alta concentración de sal lo que lo hace posible- son una atracción especial. A ello se agregan las propiedades curativas de los minerales locales y del lodo con el que turistas locales y extranjeros cubren su cuerpo sabiendo que cuando se lo quiten, se sentirán como nuevos.
Claro que sus condiciones singulares también significan que ningún tipo de vida puede existir en el Mar Muerto, de lo cual deriva su nombre que hubo quien intentó cambiarlo alegando que "ahuyenta a la gente", lo cual de hecho no es así. El lugar más bajo del mundo (426 metros bajo el nivel del mar) continúa atrayendo turistas del mundo entero. Ya en los tiempos bíblicos era bien considerado, fuera como refugio del Rey David o como un centro de salud para el Rey Herodes. La "calma" se traslada a hogares del mundo todo, al exportarse productos hechos con sustancias del Mar Muerto, desde bàlsamos necesarios en la antigüedad para la momificación en Egipto hasta como potario para fertilizantes. Pero el Mar Muerto no es el mismo de siempre. Está cambiando hace ya mucho y no para bien.
El mar se está secando. De sus otrora 930 kilómetros cuadrados (km2), tiene hoy sólo 650 y se supone que dentro de 150 años su superficie será de únicamente 450 (km2). El nivel del agua baja un metro por año y el proceso continúa. La esperanza es que una mayor conciencia mundial respecto a su situación , puede conducir al hallazgo de una solución. La experiencia ha demostrado que sitios que ganaron competencias anteriores de "siete maravillas" registraron un alza considerable en su atracción turística. Pero aquí, el interés va màs allá de la ventaja turística que surja de un eventual galardón.
Bernard Weber, el promotor suizo de la original competencia de las Siete Maravillas, manifestó especial satisfacción por el hecho que en la lista de los 28 finalistas hay sitios que se encuentran en el territorio de más de un país, como el Mar Muerto, ya que eso "obliga a los seres humanos a cooperar más allá de las fronteras políticas que los separan".
Justamente ese aspecto fue lo que casi frustró la inclusión del Mar Muerto en la lista previa a la final, ya que era imperioso que avalaran su candidatura también los palestinos (al haberlo hecho ya los jordanos). Estos se oponían, hasta último momento, debido a que la iniciativa del lado israelí de sugerir al Mar Muerto como candidato había sido del Consejo regional Meguilot, en cuyos lìmites se encuentran varios asentamientos. Gura Berger, portavoz del Consejo Meguilot, declaró ya antes de confirmarse que el Mar Muerto llegaba a la final, que "para mí, el Mar Muerto es una maravilla aunque no gane". Y su gran esperanza es que la exposición del lugar a la conciencia mundial en el marco de la competencia, ayude a hallar una solución para el problema de su constante reducción.
Hasta hace aproximadamente cinco o seis décadas, entraban anualmente al Mar Muerto cerca de 1,700 millones de metros cúbicos de agua , pero hoy llega menos de la tercera parte, entre 500 y 600 millones. "Como no se puede vivir sin agua, se saca de lo que fluye hacia aquí", dice el geólogo e hidrólogo Anmos Bein señalando lo que era antes la costa del Mar Muerto que ahora se ve recién a una larga distancia. "Se decidió que agua para beber es más importante que valores naturales como el Mar Muerto. Y así estamos….". El proceso, que empezó hace unos cien años, se intensificó a medida que aumentó la población en la zona y por ende también su necesidad de agua.
La retirada del mar es notoria apenas se recorre la zona. La frase "el agua llegaba antes acá…" es muy común al hablar con gente local. Entre otros, la dice repetidamente Eldad Hazan, director de la reserva natural Ein Fashkha , mientras señala distintos puntos claves que lo dejan en claro. Pero resulta impactante en la así llamada Costa Lido. El lugar era un sitio de esparcimiento en los años 60 para gente de buena posición que llegaba de Nablus y Jerusalem a la "playa" del Mar Muerto. Hoy ni se ve allí el agua. Está a casi 1.5 kilómetros de distancia.
El Dr.Amir Eidelman, geólogo del Instituto Jerusalén para la Investigación de Israel, muestra en ese punto un elemento especialmente convincente. Al preguntársele qué es una estructura de madera que está allí como parada en medio del desierto, se sonríe y explica. "Este era el muelle en el que anclaban los barcos que llegaban del norte para llevarse de aquí los minerales , el potasio del Mar Muerto, pero hoy, el agua ni se divisa en el horizonte". El descenso del nivel del agua en un metro por año parece mayor todavía en zonas planas, ya que allí la retirada se manifiesta en distancias mucho mayores.
Lo necesario es lidiar exitosamente con el déficit de 800 millones de metros cúbicos de agua en el Mar Muerto por año, que equivale a más de la mitad de lo que el sistema natural provee anualmente. Pero cualquiera sea la opción elegida eventualmente, llevará años -hay quienes hablan de no menos de 20 y quizás 30- ver resultados .Y en ese lapso, el Mar Muerto seguirá bajando. El "consuelo" lo da el Dr. Amos Bein al afirmar que "el Mar Muerto seguirá bajando, pero nunca se secará del todo". Su vaticinio, tras estudios del proceso en curso, es que dentro de 150-200 años, se llegará a un nuevo equilibrio entre el agua que se evapora y las cantidades que entran al Mar Muerto. "Nunca desaparecerá", resume Bein.
(El Universal / Planeta Azul, 03/08/2009)