Los procesadores de alimentos a menudo “mejoran” la carne roja y de ave fresca con dos minerales, fósforo y potasio, y un nuevo estudio revela que los consumidores lo ignoraríamos al leer el etiquetado. Eso, advirtieron los autores, podría ser un gran problema para los pacientes con enfermedad renal que deben reducir el consumo de fósforo y potasio. Niveles altos de fósforo en sangre pueden producir enfermedad cardíaca, ósea y hasta muerte prematura en pacientes con insuficiencia renal y en diálisis. Por ello, esos pacientes deben evitar el consumo de ciertas carnes, productos lácteos, granos integrales y frutos secos, que son naturalmente ricos en fósforo.
Los doctores Richard A. Sherman y Ojas Mehta, de Nueva Jersey, analizaron el contenido de fosfato y de potasio en 36 productos de carne y ave crudos “mejorados” y sin aditivos, que están a la venta en tiendas de Estados Unidos. El fosfato es un compuesto de la sal que incluye fósforo. Los autores hallaron que los productos “mejorados” tenían una concentración promedio de fosfato un 28 por ciento mayor que los productos sin aditivos; el nivel de fosfato en algunos productos superaba casi el 100 por ciento.
El contenido de potasio en los alimentos analizados varió significativamente. Los productos sin aditivos contenían menos de 387 miligramos por cada 100 gramos de proteína, mientras que cinco de los 25 productos con aditivos contenían por lo menos 692 miligramos de potasio por cada 100 gramos de proteína; el nivel máximo fue de 930 miligramos por cada 100 gramos de proteína. A modo de comparación, el Consumo Alimentario de Referencia de Estados Unidos recomendado para el fósforo varía entre los 700 y los 1.250 miligramos por día para los adultos, mientras que para el potasio es de 4,7 gramos diarios.
Los pacientes en diálisis tienen que ser aún más cuidadosos con esos nutrientes porque generalmente se procesan en los riñones. “Tienen que leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos, aún cuando parece carne fresca”, dijo Sherman a Reuters Health, y advirtió: “La cantidad de fosfato y de potasio agregada a algunos productos puede ser peligrosa para la salud”. La mayoría de los alimentos con fosfato y potasio agregados lo indicaban en la etiqueta; pero ocho de los 25 productos “mejorados” considerados no incluían un detalle de la lista de aditivos.
Actualmente, no se les exige a los procesadores de alimentos que incluyan en el etiquetado una lista de los aditivos de fosfato y potasio. “La carga impuesta sobre los que quieren reducir el consumo de fósforo y potasio a través de la alimentación se podría reducir con solo exigirles a los fabricantes un etiquetado más completo”, concluyeron Sherman y Mehta. “Sabemos más sobre la composición de la alimentación del ganado que sobre la nuestra”, dijo Sherman a Reuters Health.
(Por Megan Rauscher, Reuters Health / Bahianoticias.com 30/07/2009)