El fenómeno, causado por el calentamiento global, afectaría al sistema arrecifal de la zona. Decenas de organismos dependen de las aguas sobresaturadas de carbonato de calcio y determinados niveles de PH para sus procesos de calcificación, crecimiento y reproducción, señala Federico Páez
El Caribe mexicano, donde se encuentra el segundo sistema arrecifal más grande del planeta, se verá directamente afectado de no contenerse la acidificación del océano, que ya es un problema mundial generado por el cambio climático, advirtió Federico Páez Osuna, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias e investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El académico explicó que los mares desempeñan un papel importante en la regulación del clima y en el ciclo del carbono, pues captan aproximadamente 25 por ciento del dióxido de carbono (CO2) emitido hacia la atmósfera por diversas fuentes antropogénicas. Sin embargo, esa absorción, precisó, ha disminuido el PH de los mares y reducido la saturación de carbonato de calcio en las aguas superficiales, en las que se da la mayor parte de la producción oceánica, por lo que además de la naturaleza se verían afectadas la economía y el turismo de la región.
El experto en contaminación costera señaló que están demostrados los efectos negativos que ha tenido en los océanos el incremento del CO2 en la atmósfera, como el aumento en la temperatura de 0.74 grados centígrados, la elevación del nivel del mar en 17 centímetros, la disminución de la concentración de carbonatos de 1.3 miligramos por kilo de agua, la reducción de 0.1 unidades de PH en la acidez del mar.
El científico de la UNAM subrayó que estos efectos dañan a decenas de organismos marinos, como a los corales, que dependen de las aguas sobresaturadas de carbonato de calcio y niveles de PH determinados para realizar sus procesos metabólicos de calcificación, crecimiento y reproducción.
Advirtió que de continuar el incremento en el CO2 la precipitación de aragonita (forma de carbonato de calcio usada por los corales para construir los arrecifes) disminuiría entre 14 y 39 por ciento, lo que causaría el debilitamiento de los esqueletos coralinos, por lo que los arrecifes serían más vulnerables a las tormentas y huracanes. Debido al deterioro de los arrecifes los más afectados económicamente serán los países en desarrollo y de baja capacidad para responder al cambio climático, en los que el turismo constituye su única o principal entrada de ingresos.
Irreversible
Páez Osuna señaló que la acidificación de los océanos es irreversible para nuestro periodo de vida y el de muchas generaciones futuras, por lo que la única forma de minimizar el riesgo a esos cambios es reducir las emisiones globales de CO2.
A partir de la revolución industrial se dio un considerable incremento –40 por ciento– en los niveles de bióxido de carbono en la atmósfera terrestre, pues se pasó de 280 partes por millón en 1850 a 385 en 2007. Este incremento es producto de la quema de combustibles fósiles como gasolina, gas, carbón; la producción de cemento, la agricultura y la deforestación. Todos esos factores han hecho que la concentración atmosférica sea hoy mayor que en los pasados 650 mil años y se espera que siga aumentando durante este siglo con los consecuentes efectos en el clima.
Frente a esta perspectiva, informó que el Panel de las Academias de Ciencias sobre la Declaración de la Acidificación del Océano hicieron un llamado a los gobiernos del mundo a desarrollar acciones para reducir las emisiones globales de CO2 para 2050, en al menos 50 por ciento de los niveles que se presentaron en 1990, con la finalidad de estabilizar los niveles atmosféricos a no más de 450 partes por millón.
(La Jornada / Planeta Azul, 22/07/2009)