Se da por hecho que el calentamiento global podría provocar una expansión de los desiertos del mundo. Sin embargo, algunos científicos vaticinan lo contrario: un escenario en el que, paulatinamente, el agua y la vida se apoderan de estos espacios áridos
Estos expertos creen que las enormes regiones secas, como por ejemplo el Sahara, podrían prontamente verse reducidas. La evidencia es limitada y aún no es posible llegar a conclusiones definitivas, pero imágenes satelitales recientes del norte de África parecen mostrar el retroceso en algunas regiones del Sahara. Es posible que un aumento en las precipitaciones sea la causa.
Farouk el-Baz, director del "Centre for Remote Sensing", de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, cree que el Sahara está experimentando una transición hacia condiciones más húmedas. "Aún no está verde. Pero el desierto se encoge y se expande en relación a la cantidad de energía que la Tierra recibe del Sol, y esto en una lapso de miles de años", le dijo el-Baz a la BBC. "El calentamiento de la Tierra genera una mayor evaporación de los océanos, y esto a su vez provoca más precipitaciones", agregó el expert.
En el terreno
Pero lo que para muchos resulta difícil es reconciliar lo que muestran las imágenes satelitales con lo que se ve en el terreno. Mientras los expertos debaten cómo el calentamiento global afectará a las regiones más pobres, la gente reacciona a su manera. Las sequías que se han producido en las últimas décadas han empujado a las poblaciones nómades y a los campesinos hacia las ciudades. Estos movimientos de gente indican que los patrones climáticos se están tornando más secos.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) advirtió recientemente que el aumento de las temperaturas podría generar una reducción en la producción agrícola del oeste africano de un 50% para 2020. Pero las imágenes satelitales de los últimos 15 años parecen mostrar una recuperación en la vegetación del sur del Sahara, a pesar de que el estado del cinturón del Sahel, la sabana tropical semi-árida al sur del desierto, sigue siendo frágil. La fragilidad del Sahel puede haber sido exacerbada por la tala de árboles, el manejo inadecuado de la tierra y la subsecuente erosión del suelo.
Namibia
La idea de que los desiertos se están reduciendo está respaldada por una serie de estudios llevados a cabo en el desierto de Namib, en Namibia. Ésta es una región con un promedio de lluvias de 12 milímetros por año, una cantidad que hace que el terreno sea definido por los científicos como "hiperárido".
Los expertos han hecho mediciones de las precipitaciones en la región durante los últimos 60 años. El año pasado, el centro de investigaciones locales Gobabeb registró una caída de 80mm. de lluvia. En la última década el río local, seco durante la mayor parte del año, ha registrado inundaciones récord. Todo esto ha coincidido con un récord de temperaturas elevadas. "Si esto se debe a los cambios globales o es una tendencia, es difícil de saber, pero es cierto que hemos experimentado temperaturas elevadas a niveles récord", señala Joh Henschel, director de Gobabeb.
Fluctuación
Según Mary Seele, también de Gobabeb, los "desiertos y las zonas áridas tienen patrones de lluvias extremadamente variados". "Hace falta mirar los registros de cientos de años para decidir si una región se está tornando más verde o más seca. Durante los últimos años han caído más lluvias de lo usual. Hay aún una mayor variabilidad en las precipitaciones y los climáticos en relación al pasado".
Si bien está ubicado en la costa atlántica, la lluvia que cae en el desierto de Namib proviene del Océano Índico. Por tanto, es difícil explicar un aumento en las precipitaciones sin aceptar que el aumento de las temperaturas a nivel global están causando cambios en los patrones establecidos. Lo que estos científicos están tratando de dilucidar es en qué medida el cambio se debe a la acción del hombre o a la fluctuación natural.
(BBC / Planeta Azul, 21/07/2009)