Muchas ciudades estadounidenses están empezando a prepararse para contrarrestar los efectos del cambio climático y mitigar sus emisiones, dijo Tom Carnac, responsable de un estudio que analizó la situación en el país
El informe de la organización Carbon Disclosure Project (CDP) señala que algunos de los principales gobiernos municipales de Estados Unidos están adaptando edificios públicos, adquiriendo flotas de vehículos híbridos y empezando a prepararse para el impacto a largo plazo del cambio climático.
Tom Carnac, responsable del Sector Público de CDP, dijo a Efe que en pocos años, muchas de las grandes metrópolis estadounidenses sufrirán las graves consecuencias del cambio climático, lo que está provocando un cambio de mentalidad en las autoridades del país. CDP llegó a esta conclusión tras analizar los datos remitidos por las 18 ciudades que participaron de forma voluntaria en el estudio, entre ellas Nueva York, Las Vegas, Chicago y Nueva Orleans. Carnac puso el ejemplo de la ciudad de Las Vegas, cuya principal fuente de agua potable es el lago Mead, que a su vez se alimenta del deshielo de las cadenas de montañas del oeste de EE.UU.
La disminución de las precipitaciones en invierno está provocando que la cantidad de agua almacenada en el lago Mead se sitúe en la actualidad en el 49 por ciento de su capacidad total. Y se teme que para el 2021 el lago podría estar totalmente seco, lo que produciría graves problemas para los más de 20 millones de personas que dependen de su suministro. La reducción del flujo de agua en el río Colorado también significará la reducción de la energía eléctrica generada por el pantano Hoover, que suministra el equivalente al 4 por ciento de las necesidades energéticas del estado de Nevada.
Mientras en Chicago, las previsiones meteorológicas señalan que en pocos años la ciudad experimentará en verano temperaturas extremas superiores a las que se registran en Mobile (Alabama) y en el invierno la precipitación de nieve superará lo habitual. Según las autoridades municipales, “recibiremos más precipitación cuando no lo necesitamos y menos cuando lo requerimos''.
Previsiones como estas han provocado que las ciudades estadounidenses estén acelerando sus planes de preparación y se estén convirtiendo en la vanguardia del movimiento para lucha contra el cambio climático en el país, afirmó Carnac. Entre las medidas que están siendo adoptadas por las municipalidades, Carnac mencionó la ciudad de Chicago que ha desarrollado un plan de gestión de riesgos asociado con el cambio climático, que incluye 39 tácticas de adaptación.
Carnac también señaló que a la vez que las ciudades detectan los riesgos asociados con el cambio climático, muchas consideran que hay oportunidades económicas, como implementar programas de eficiencia energética y el fortalecimiento de las comunidades. Por ejemplo, Nueva York anticipa que “los esfuerzos para mitigar las emisiones de gases con efecto invernadero permitirán ahorrar centenares de millones de dólares en costes energéticos en la próxima década''.
(El Nuevo Heraldo / Planeta Azul, 20/07/2009)