Las negociaciones internacionales sobre el cambio climático "van muy lentas" y "de la misma forma que China desea más esfuerzos por parte de los países desarrollados, la UE espera más de ella", declaró hoy el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Carlgren, en una rueda de prensa en Pekín

El ministro de Suecia, país que desempeña este semestre la presidencia de turno de la UE, recalcó el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono en hasta un 30 por ciento en 2020. "Queremos reducir hasta un 30 por ciento nuestras emisiones y deseamos que otros se suban al barco y que nos sigan en este ambicioso plan", dijo Carlgren, quien además expresó su convencimiento en el logro de un acuerdo el próximo mes de diciembre en Copenhague para sustituir al protocolo de Kioto. "Además, no tememos un plan B después de Copenhague", advirtió.

Por otro lado, Carlgren destacó la importancia del consenso logrado la semana pasada en la cumbre de L'Aquila (Italia), donde se acordó que el incremento en la media global de temperatura sobre los niveles de la época pre-industrial no exceda de los 2 grados centígrados. Sin embargo, la cumbre del G-8 no fijó un año concreto de referencia para medir las reducciones de dióxido de carbono del 50 por ciento -del 80 por ciento, en el caso de los países más industrializados- propuestas para 2050.

En L'Aquila, China dijo no sentirse vinculada con el acuerdo sobre cambio climático alcanzado. "China considera muy duro exigir a los países emergentes un compromiso a medio plazo cuando los propios países industrializados no han sido capaces de poner encima de la mesa objetivos ambiciosos", explicó a Efe la secretaria de Estado española para Cambio Climático, Teresa Rivera, quien participó también en la rueda de prensa.

Según Rivera, en la reunión celebrada hoy en Pekín, el viceministro de Reforma y Desarrollo, Xin Zhenhua, y su equipo "han repetido una y otra vez que no está claro cuál es el compromiso a medio plazo de los grandes países industrializados" y "exigen esfuerzos mayores". Rivera apuntó que "la cumbre de la semana pasada en L'Aquila ha puesto de manifiesto lo despacio que se van alcanzando pasos y a este ritmo va a ser muy difícil llegar a un acuerdo satisfactorio en Copenhague". El motivo principal por el que se está produciendo esta ralentización, explicó, es porque unos y otros esperan que los demás den el primer paso.

A pesar de que las señales que han salido de L'Aquila no son todo lo potentes que a la UE le hubiese gustado, "todavía hay margen y debemos apretar el acelerador para conseguirlo, por eso hoy estamos en China", dijo. Según Rivera, "ha sido extraordinariamente llamativo las veces que han reiterado la voluntad de llegar a un acuerdo en Copenhague, por tanto creo que es bastante manifiesto que ese objetivo político existe".

(EFE / Planeta Azul, 13/07/2009)