El más importante glaciar de los Andes peruanos, la Cordillera Blanca, situada a 400 kilómetros al norte de Lima, retrocedió un 27 por ciento desde 1970, según un estudio difundido hoy por la Autoridad Nacional del Agua (ANA)
Los datos que arroja el último inventario de glaciares realizado por dicha institución peruana confirma la progresiva aceleración del proceso de deshielo de la cordillera, que en 1970 contaba con 723 kilómetros cuadrados de glacial. "Entre 1970 y 1997, la pérdida fue de 21 por ciento, y entre 1997 y 2003 de 11 por ciento, lo que indica cuánto se ha acelerado el proceso", señaló el titular de la Unidad de Glaciología del ANA, Marco Zapata, a la agencia estatal Andina. El experto peruano recordó que los glaciares de su país están clasificados como tropicales, lo que los convierte en especialmente sensibles a los cambios de clima y temperatura.
Aunque en los últimos años han desaparecido varios glaciales que se encontraban catalogados en los estudios pasados, el número total se ha elevado desde 1970 de 722 a 755 por su progresiva fragmentación. "A medida que ha retrocedido la superficie, los glaciares se han subdividido, y han aparecido algunas lagunas e incrementado las dimensiones de las que ya existían", explicó Zapata. El experto resumió la situación con un dato: hasta 1976 los glaciales retrocedían ocho metros por año, en la actualidad lo hacen a un ritmo de 20 metros anuales. Uno de los casos emblemáticos de este proceso de deshielo es el del nevado Pastoruri, el más emblemático de la cordillera, por su fácil acceso que lo convertía en un popular destino turístico, y que en el último informe aparece catalogado como una simple capa de hielo.
Zapata remarcó la importancia de controlar la situación de los glaciales peruanos, con el objetivo de conocer con qué reservas se cuenta y buscar una respuesta a la pregunta de qué pasará cuando los glaciales desaparezcan y con ellos la importante fuente de agua que suponen para las poblaciones cercanas.
(EFE / Planeta Azul, 08/07/2009)