Cataluña es una de las zonas de la Unión Europea donde se cultivan más transgénicos. Variedades de maíz, como el Mon 810, que están prohibidas en otros países como Francia, Austria, Grecia, Alemania, Suiza, Hungría y Rumania se conrean aquí. Sólo hay que mirar los datos: el año 2008 se cultivaron en el Estado español unas 80 mil hectáreas de maíz modificado genéticamente, la mayor parte en Cataluña. Para denunciar estos hechos y exigir que "queremos una Cataluña libre de transgénicos", este sábado 28 de junio más de cuatro mil personas han salido a la calle para decir “ya basta”.
El pasado mes de febrero se presentó a trámite en el Parlamento de Cataluña una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), a propuesta de la campaña Somos lo que sembramos, que había recogido en un año 106.000 firmas, más del doble de las necesarias para impulsar una ILP, con un amplio apoyo y movilización popular. La ILP contra los transgénicos exigía la prohibición del cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en suelo agrícola, el etiquetado de los alimentos transgénicos, una moratoria al desarrollo de OGM y la investigación independiente de sus efectos sanitarios y ambientales. Pero posteriormente los grupos parlamentarios de CiU, PSC y PP presentaron enmiendas a la totalidad contra esta iniciativa.
Intereses privados
Una vez más la respuesta de los partidos políticos hegemónicos a la movilización social ha sido girar la espalda a las demandas de amplios sectores anteponiendo los intereses privados de la industria agroalimentaria y pro-transgénica. Frente a la crisis social, económica, ecológica y alimentaria, el supuesto "gobierno de izquierdas" opta por apoyar a la empresa privada, salvar a los bancos y a empresarios, promover una agricultura intensiva, industrial, drogodependiente y deslocalizada. ¿Sin embargo, qué pasa con nuestra alimentación? ¿En manos de quién está? ¿A quien pertenece la tierra, el agua y las semillas? Nosotras queremos un mundo rural vivo, poder decidir qué comemos, quién lo produce y cómo. Exigimos el derecho a la soberanía alimentaria.
Y mientras PSC, CiU y PP hacen frente común para silenciar la opinión de miles de personas vetando el debate en el Parlamento. ¿Qué hacen sus socios de gobierno? ¿Las supuestas fuerzas de izquierda, ERC y Iniciativa por Catalunya-Verds? ¿Pueden éstos continuar siendo socios de un gobierno social-liberal y pro-transgénico? ¿Cómo se puede defender y justificar desde posturas supuestamente "ecologistas", ya no sólo la privatización de la educación pública (LEC y Plan Bolonia), de la sanidad, de parques y jardines (en Barcelona), la represión a los movimientos sociales (recordemos a los compañeros y compañeras contra Bolonia que ahora enfrentan varios procesos judiciales), sino también el actual modelo de agricultura transgénica?
Huelga de hambre
Este próximo 2 de julio se debatirá en el Parlamento de Cataluña si tira adelante el veto a la ILP contra los transgénicos. Cuatro miembros de Somos lo que Sembramos al acabar la manifestación han iniciado una huelga de hambre para exigir que se escuche la voz de estas 106.000 personas que dijimos “ya basta” a los transgénicos y que se cree una ponencia que trabaje la propuesta de Ley. El debate está encima de la mesa y nosotras lo tenemos muy claro, como decía la ganadera ecológica Assumpta Codinachs al acabar la manifestación: "Hoy más que nunca Somos lo que sembramos".
(Por Esther Vivas, Espai Icaria, 02/07/2009)