En el último quinquenio, China ha aumentado a un ritmo de 100 por ciento anual su inversión en energías renovables
A principios de 2007, en la remota región china de Yunnan, las autoridades comarcales ordenaron pintar de verde una gigantesca montaña para ocultar la deforestación que habían causado las excavaciones industriales. Durante décadas, la conciencia ecológica de China ha actuado de una manera parecida. A pesar de que el Gobierno empezó a hablar de la importancia del medio ambiente en los años 60, las pocas leyes aprobadas nuca fueron aplicadas con demasiado rigor.
Pero la situación parece estar cambiando en los últimos años, en los que China ha dado pasos de gigante, convirtiendo el desafío medioambiental en una de sus grandes prioridades, coincidieron varios expertos. "El problema es demasiado grande como para no hacerle caso y además se ha convertido en una cuestión de estabilidad política porque cada vez hay más protestas relacionadas con las catástrofes ecológicas", dijo a REFORMA Sze Pang Cheung, director de Greenpeace en Beijing.
A un ritmo creciente, China está aprobando leyes, intensificando los controles sobre las industrias y movilizando recursos económicos para combatir lo que los analistas consideran el mayor desastre ambiental del mundo. "Se ha producido un cambio radical que además ya se está notando en todo el país. El auténtico cambio llegó en 2006 y desde entonces ha habido un progreso espectacular", explicó a REFORMA Deborah Selingsohn, directora del World Resources Institute en la capital china.
Una de las mejoras más destacadas se registra en el sector energético. En el último quinquenio, China ha aumentado a un ritmo de 100 por ciento anual su inversión en energías renovables. A principios de mes, Beijing estimó que 20 por ciento de su consumo energético provendrá de energías limpias antes de 2020, una cifra comparable a la de algunos campeones ecológicos tradicionales como Alemania o Japón. China también realiza inversiones millonarias en las llamadas centrales de "carbón limpio", que reducen el impacto ambiental de este fósil, altamente contaminante, que abastece más de la mitad de la electricidad del país.
Según algunos expertos, el gigante asiático también ha logrado avances en cuanto a polución industrial y reducción de desechos tóxicos. "Se han cerrado miles de centrales y fábricas, y se ha obligado a muchas a cumplir con la ley medioambiental", apuntó Shiqiu Zhang, profesora de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Beijing.
La "emergencia verde" se ha convertido en uno de los asuntos más citados en los discursos de líderes políticos chinos y en los medios de comunicación, mientras que empiezan a aparecer empresas que promocionan productos y servicios ecológicos. De los 590 miles de millones de dólares del paquete de estímulo aprobado este año por China para combatir a la crisis, varias partidas están dedicadas a reducir las emisiones contaminantes. Y aún así, la situación medioambiental en esta nación sigue siendo grave, según los expertos, y el camino por recorrer es largo. Uno de los mayores problemas que persisten es que las leyes aprobadas en Beijing se topan con la corrupción de las administraciones locales.
Rechazan reducir emisiones
A pesar de todas las mejoras y compromisos que se han realizado en los últimos años, el Gobierno chino ni siquiera se plantea reducir sus emisiones de dióxido de carbono a medio plazo, por lo que su contribución al cambio climático seguirá aumentando. "Con el ritmo de crecimiento económico actual, no es realista pensar que se pueda reducir la emisión de dióxido de carbono. Pero China es un país en desarrollo y por eso no se considera responsable del cambio climático", dijo Shiqiu Zhang, experta medioambiental de la Universidad de Beijing.
Uno de los escenarios más optimistas que contempla el Gobierno es que China alcance su pico de emisiones en torno a 2025 o 2030 para después iniciar un lento descenso.
(Reforma / Planeta Azul, 02/07/2009)