La petrolera anglo-holandesa Royal Dutch Shell ha acordado el pago de una indemnización de 15,5 millones de dólares (11,1 millones de euros) para evitar un juicio por su complicidad en el asesinato de nueve activistas ogonis en Nigeria en los años noventa, condenados a muerte por la dictadura del país por manifestarse contra las extracciones petroleras en el delta del Níger. Entre los ejecutados estuvo Ken Saro-Wiwa, célebre ecologista y poeta, un escándalo que en buena parte contribuyó a la salida de Shell de un país en el que había estado presente desde el descubrimiento del crudo en 1958, cuando todavía era colonia británica.
El pacto económico entre la compañía y los abogados de los demandantes pone fin a más de una década de disputas trasladadas al Tribunal de Distrito de Manhattan en Nueva York. La denuncia acusaba a Shell de apoyar violaciones de los derechos humanos en Níger y, entre otros delitos, vinculaba a la petrolera con la muerte de Ken Sar Wiwa y otros ocho opositores al Gobierno militar en 1995.
El abogado de las víctimas Paul Hoffman ha explicado que cinco millones de dólares de la indemnización irán a parar a un fondo a favor del pueblo ogoni, indígena del delta del Níger, mientras que el resto del dinero servirá para abonar los costes de los abogados y compensar directamente a las familias afectadas.
No obstante, Shell sigue asegurando que "las alegaciones eran falsas". "Aunque estábamos preparados para ir a juicio y limpiar nuestro nombre, creemos que la forma correcta de seguir adelante es centrarnos en el futuro del pueblo ogoni, importante para la paz y la estabilidad y la región"", ha declarado el director ejecutivo para exploración y producción, Malcolm Brinded. De esta forma, Shell reconoce que, "aunque no tomó parte en la violencia ocurrida", sí admite que "los demandantes y otras personas sufrieron" como consecuencia de la represión.
(El País / OMAL, 11/06/2009)