En riesgo, un patrimonio nacional, alertan
Las organizaciones afiliadas a la campaña Sin maíz no hay país conminaron al director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Enrique Sánchez Cruz, a no otorgar los permisos de siembra experimental de maíz transgénico, ya que con ello pondrá en riesgo la sobrevivencia de millones de campesinos y la diversidad de los granos criollos del país.
Ayer, en el último día para que la sociedad presentara sus comentarios sobre 12 de las 26 solicitudes para la siembra de dicho tipo de grano, las agrupaciones integrantes de Sin maíz no hay país dijeron al director de Senasica que no dé un tiro de gracia a un patrimonio vivo. Es urgente que el gobierno asuma una postura responsable frente a un asunto de seguridad nacional como es la siembra y producción del grano. En el escrito, las organizaciones sostienen que los únicos beneficiados con la introducción de maíz transgénico al territorio nacional serán las empresas trasnacionales, que buscan lucrar con la riqueza genética de la nación y en este siglo XXI se corre el riesgo de que se repita la infame historia del intercambio de oro por cuentas de vidrio.
Recordaron que científicos, investigadores y académicos que participan en la campaña enviaron sus comentarios sustentados en información técnica y científica, con los cuales reivindican su rechazo a la siembra experimental de maíz transgénico ante el alto riesgo de flujo genético de los granos transgénicos a los criollos. Además, en el país se tiene suficiente experiencia para lograr altos rendimientos en el maíz sin necesidad de variedades transgénicas. Si usted otorga permisos para la siembra de maíz transgénico en México, dará un paso que no tiene retorno y será responsable de regalar el recurso natural clave de la nación y de poner en riesgo la biodiversidad de los maíces mexicanos.
Juan Luis Félix Flores, director de Asuntos Corporativos para América Latina y el Caribe de Monsanto, informó que la trasnacional tiene previsto invertir 300 mil dólares para las primeras siembras experimentales de maíz genéticamente modificado.
(La Jornada / Planeta Azul, 09/06/2009)