Agustín García Reynoso, investigador de la UNAM, explica los efectos en el cuerpo humano de respirar el aire contaminado
 
El aire de la Ciudad de México es insalubre la mayor parte del tiempo, ya que el 60 por ciento del tiempo se rebasa el límite de 100 imecas, establecidos por la Norma de Ozono, explicó Agustín García Reynoso, investigador de la UNAM. "El protocolo dicta que estos niveles tope no deben mantenerse por más de 60 minutos al día, pero en 200 fechas diferentes (registradas entre 2006 y 2007) estos índices han superado 1.9 horas, lo que propicia que el aire sea insalubre", destacó el especialista en un comunicado de la UNAM.

Los principales contaminantes en el ambiente son el ozono, el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre, las partículas suspendidas y el plomo, elementos utilizados para evaluar la calidad del aire en una región específica y las consecuencias de exponerse a estos compuestos son la disminución de la capacidad pulmonar y alteraciones en el sistema cardiaco, vascular y nervioso. "En el entorno también hay agentes tóxicos como el benceno y el formaldehído que son cancerígenos y no están legislados en el país, y compuestos mutagénicos o teratogénicos como pesticidas, solventes o materiales de construcción, dañinos a largo plazo", agregó García Reynoso.

Los efectos de estar en contacto con estas sustancias pueden ir del dolor de cabeza, náuseas o mareos que con frecuencia se experimentan al pintar una recámara, y que desaparecen cuando se deja de respirar el aire saturado de solventes. Pero también se encuentran los daños a largo plazo, como afecciones a los pulmones, generan cáncer, trastornos al sistema inmunológico y reproductivo, comentó en la conferencia ¿Pulmones llenos de aire? La calidad del aire en la Ciudad de México, dictada en el Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco.

"Un contaminante es toda aquella materia o energía que al incorporarse al medio —en cualquier estado físico— altera el agua, flora, suelo, fauna o cualquier otro elemento del entorno (nubes, lluvia, nieve). De hecho, la polución se presenta cuando en el ambiente coinciden compuestos en concentraciones suficientes como para afectar a personas, plantas, animales y materiales", explicó García Reynoso. Aunque muchas de estas sustancias perjudiciales son de origen artificial, otras provienen de fuentes naturales como volcanes, incendios, polvaredas y la descomposición de cadáveres y restos vegetales (que producen metano y aminas). Por su composición química, pueden dividirse en orgánicos, como los alcanos, alquinos, aldehídos y aromáticos, e inorgánicos, como el azufre, óxidos de nitrógeno, amoniaco y metales pesados (plomo, cadmio, mercurio).

La mayoría de la gente cree que la polución es un fenómeno que se desarrolla en el exterior; sin embargo, hay contaminación en el interior de las oficinas, casas y escuelas, donde se acumulan moho, saliva de gatos, desechos de roedores y cucarachas, polen, humo de tabaco, productos del hogar y pesticidas, entre otros. Hay personas particularmente susceptibles a estas sustancias nocivas, como los individuos con sistema inmunológico débil (niños, ancianos y bebes en gestación).

Finalmente, el especialista indicó que si bien la calidad del aire ha mejorado en los últimos años, aún falta para lograr el estado idóneo; para ello, "todos pueden contribuir a aminorar la contaminación mediante el empleo eficiente de los recursos y el uso de fuentes alternas de energía

(Reforma / Planeta Azul, 22/05/2009)