El calor es el "asesino silencioso", dice un informe internacional.
Si bien hace años que se habla del tema, el calentamiento global todavía parece algo lejano, con consecuencias más cercanas a las de un argumento de película de ciencia ficción que a la cotidianeidad. Sin embargo, el calentamiento global se traduce en más dengue, malaria, cólera, fiebre amarilla y hantavirus, sólo para dar algunos ejemplos. Ese no es sólo el pronóstico de todos los científicos que siguen el tema sino que ya es una realidad de la que no escapa ningún país de la Tierra. Sólo en lo que va del año Argentina sufrió el desastre de Tartagal y sigue sumando enfermos de dengue.
Argentina está señalada como uno de los países que peor actúa con respecto a la deforestación. "Es la segunda causa de emisión de gases que contribuyen a la formación del agujero de ozono. La fiebre amarilla es una de sus consecuencias -explica a Clarín Pablo Canziani, investigador del Conicet y director del Programa de Estudios de Procesos Atmosféricos en el Cambio Global de la UCA-. El dengue y la malaria tienen que ver con el mosquito, los roedores traen el hantavirus, el agua el cólera".
Algo similar explicó Edgardo Marcos, subdirector del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur: "Las altas temperaturas y el aumento de lluvias favorecen la reproducción de mosquitos, que son los vectores que transmiten las enfermedades infecciosas". Canziani dice más: "El bosque regula el sistema de agua, provocando más sequía y más inundaciones, que derivan en gastroenteritis y problemas de nutrición". Los problemas no terminan ahí. "Ya hay más casos de alergia en zonas urbanas por el cambio de fechas de floración de plantas, combinado con mayores temperaturas y la contaminación del aire, afecta las vías respiratorias", dice Canziani. El especialista habla de mayor mortalidad de chiquitos y ancianos por los golpes de calor cada vez más frecuentes.
Según publicaron en la revista The Lancet científicos de la University College de Londres, antes del 2090 subirá tres grados la temperatura en la Tierra. En Siberia, Canadá y Groenlandia el aumento será de cinco grados. El calor es "el asesino silencioso". Se subraya el riesgo del abastecimiento de agua limpia y alimentos, con la consecuente desnutrición y enfermedades diarréicas. Los que más perderán son los pobres. Según el informe, "la pérdida de años de vida saludable será 500 veces mayor en Africa que en Europa, pese a que los países africanos contribuyen poco al calentamiento global". Un o de los especialistas aseguró: "El cambio climático es una cuestión sanitaria que afecta a miles de millones de personas y no un problema medioambiental que afecta a los osos polares y a los bosques. Los efectos se sentirán en todo el mundo y no en un futuro lejano sino en el transcurso de nuestras vidas y en la de nuestros hijos".
(Por Mariana Iglesias, Clarín.com, 17/05/2009)