En este día, el Foro por la Soberanía Alimentaria expresa su repudio al proceso de extranjerización, concentración y sobreexplotación de la tierra que impulsa y promueve este sistema capitalista sostenido por las multinacionales y sus socios políticos.
Cuando hablamos de extranjerización de tierras en nuestro país hacemos referencia a las 17 millones de ha., aproximadamente, que pertenecen a capitales foráneos. Se calcula que en nuestra provincia unas 130 mil ha. pertenecen a personas o empresas multinacionales.
Cuando hablamos de concentración nos referimos a los 900 grupos económicos que poseen cada uno un promedio 35 mil ha, mientras que más de 100 mil campesinos no llegan ni siquiera a 16 ha cada uno. Hoy, a este problema se le suma el arrendamiento que concentra aún más el uso que se realiza de este bien.
Cuando hablamos de sobreexplotación, nos referimos a la devastación que está produciendo el monocultivo sojero. La deforestación producida, para la obtención de más tierras cultivables, alcanza una tasa superior a las 250.000 ha. y amenaza con avanzar sobre las 3 millones de ha. vírgenes.
Los nutrientes del suelo extraídos, desde la década del '70 hasta el 2005, alcanzan: 11 millones de toneladas de nitrógeno (ya descontada la reposición natural), 2.5 millones de toneladas de fósforo y valores muy elevados de los demás nutrientes y oligoelementos. Este aporte de nutrientes que la tierra de todos los argentinos realiza a la producción sojera equivale a unos: u$s 7.042.861.256 en nitrógeno, potasio, fósforo, azufre, calcio y magnesio.
El incremento irracional de uso de agroquímicos que está produciendo la contaminación del suelo, aire y agua generando daños irreversibles en la salud de nuestra población.
La agricultura industrial no sólo esta vaciando y enfermando a nuestras tierras sino que tiene un alto costo social como es el desplazamiento de campesinos, campesinas y pueblos originarios que en su mayoría migran a los barrios pobres de las grandes ciudades. El asentamiento en los barrios periféricos hoy se evidencia para clase política como una problemática ya que, esa ubicación urbana, ha entrado en conflicto con la planificación de barrios cerrados o countries. Sobre la periferia presiona el modelo sojero y la necesidad de mayor seguridad que buscan las clases altas de nuestras ciudades. Mientras tanto, en el medio, están los pueblos y los barrios con historias que poco a poco se van organizando para defender sus viviendas, la tenencia de la tierra y mejores condiciones de infraestructura que les permita llevar adelante una vida digna.
Otro efecto del modelo es el aumento de los precios y la inaccesibilidad de los alimentos por causas como la disminución y alejamiento de tierras para su producción, la erradicación de cordones huerteros y el incremento del costo del transporte.
Concebimos que el uso sustentable de la tierra sólo se puede lograr si partimos de la necesidad de establecer un equilibrio entre los humanos y el medio ambiente, que la administración política y social de las tierras y territorios comprenda los bienes naturales a los cuales desde siempre los seres humanos hemos podido acceder y utilizar. Que sólo avanzando en un proceso de reforma agraria integral de la mano de los campesinos, campesinas, pueblos originarios y trabajadores rurales, lograremos preservar nuestras tierras, combatir las desigualdades económicas y fomentar la soberanía alimentaria.
Los datos del documento fueron extraídos de "Desarrollo rural sostenible, conflictos ecológicos distributivos y retenciones ambientales" de Walter Pengue, 2008.
(Foro por la Soberanía Alimentaria /
Ecoportal, 22/04/2009)