En 1997, la Agencia de Energía Danesa, con un propósito ecológico, patrocinó un concurso a nivel nacional, para seleccionar la isla cercana a la costa, que tuviera el mejor plan para ser un 100% energéticamente sustentable, en un marco comprendido dentro de 10 años. Sin ninguna fuente de energía convencional local, se seleccionó a la Isla de Samso, como el mejor sitio para ejecutar este experimento controlado. Los resultados han sido asombrosos.
Hoy, el 100% de los isleños, usan electricidad verde de numerosas turbinas eólicas, punteando su horizonte con un 75% de las necesidades de calefacción, cubiertas via energía solar y energía biomasa.
Como resultado de estos esfuerzos, se ha estimado que Samso ha reducido sus emisiones de contaminantes claves, tales como el dióxido de carbono, dióxido de sulfuro y óxido nitroso en un 142%, 71% y 41% respectivamente. El siguiente reto es el sector del transporte, donde Samso está aplicando dos conceptos radicalmente diferentes, para atender las necesidades energéticas del transporte. El primero es el aceite de semillas de colza (canola), que simplemente es prensado en frío, colado y alimentado directamente a los motores diesel ligeramente modificados.
El blanco de este esfuerzo, son los grandes usuarios diesel como tractores agrícolas y operadores de barcos. El siguiente proyecto a largo plazo, es el desarrollo de una planta de hidrógeno, para avivar los motores de otros vehículos. Para facilitar la educación pública y generar el interés de este nuevo esfuerzo, se utilizarán en la isla, camiones de hidrógeno fabricados por H2 Logic Alps, en diversas capacidades profesionales.
Además de todos los cambios ambientales positivos, la revolución ecológica de Samso, ha unido a toda la comunidad para mejorar su economía. Las cooperativas inversoras, permiten a los habitantes obtener ganancias sustanciales, mediante la devolución de sus inversiones, en acciones de las turbinas eólicas. El exceso de kilowatios eólicos generados por hora, son transferidos a la principal red de energía de Dinamarca, ayudando a aumentar las acciones en un 20%, por el consumo energético de los daneses. Los fabricantes daneses de energía eólica, quienes experimentan un gran auge en la demanda, ahora dan cuenta del 40% del mercado mundial con Alemania y España, comprando 24% y 10.5% de las exportaciones de turbinas danesas. Eso explica los 3,4 billones de dólares EUA, o aproximadamente el 18% del PBI danés.
Lo notable también, es que Samso se ha innovado en el uso de recursos disponibles para mejorar su calidad de vida. La paja de las cosechas, como la de alfalfa (considerada carbón neutral), se quema en hornos centralizados muy eficientes, que suministran a las viviendas calefacción a base de agua durante el invierno. Combinado con las plantas solares del distrito, los estudios muestran que los habitantes disfrutan de una reducción del 20%, comparado con la compra y el uso del petróleo para calefacción. Además, la ceniza de los hornos son usadas para volver a sembrar los campos y fertilizar el siguiente ciclo de alfalfa. El subproducto, una masa verde dura de las semillas de colza prensadas para bio-diesel, se usan como alimento nutritivo vegetariano para animales, eliminando la necesidad de importarlo del exterior. Los agricultores de productos orgánicos prosperan gracias a la acción de los lugareños, para evitar los productos importados cultivados a base de fertilizantes químicos oleosos.
Al aumentar el autoabastecimiento de la región, nuevos mercados se han abierto, generándose a su vez, trabajos bien remunerados. La presentación de estos proyectos de energía renovable, ha llevado a los habitantes de Samso, a adoptar un estilo de vida que estimula su economía, mejora su modo de vida y mantiene limpio su medio ambiente.
El compromiso de la comunidad, facilitó las bases del éxito, porque la gente local, quiso asumir un control más personal sobre la calidad de sus vidas. Los habitantes ven que sus esfuerzos les han traído beneficio a ellos, a su isla, a su país y al mundo. Como tal, Samso es un modelo extraordinario hacia lo que todas las comunidades pueden evolucionar.
(Por Heryck R. Rangel Hernández,
Ecoportal, 07/04/2009)