A pesar de que Japón sufre una de las peores recesiones económicas de los últimos años, los representantes del Gobierno japonés que asisten a la reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se celebra esta semana en Roma defenderán el programa multimillonario que financia la caza de ballenas. Una actividad muy criticada por la comunidad internacional y escasamente respaldada por los contribuyentes japoneses.
El pasado mes de febrero, el Gobierno nipón anunció una disminución de sus exportaciones de un 45% respecto al mismo periodo del año pasado, al tiempo que las industrias clave japonesas están reduciendo los costes y los puestos de trabajo y el producto interior bruto (PIB) cayó un 3,3% en el último cuatrimestre de 2008, el doble de la recesión del PIB de EE.UU. Sin embargo, el Gobierno de Japón sigue sin considerar la cancelación de su programa de caza de ballenas en la Antártida, a pesar del coste, más de un billón de yenes, que supone para los ciudadanos japoneses.
“El programa de caza de ballenas del Gobierno japonés es una farsa científica y un desastre económico”, ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace. “Esta semana en Roma se debatirá el futuro de la CBI. El único futuro viable es aquel que protege a las poblaciones de ballenas, promueve su estudio no letal e invierte en una conservación real de la vida marina. Japón apuesta por seguir cazando ballenas, pero debería tener en cuenta que otro año de caza es innecesario, pone en peligro el medio marino antártico y derrocha el dinero público”, ha concluido.
Además de los 1,2 billones de yenes anuales (alrededor de 10 millones de euros) de los contribuyentes que subvencionan el programa de la caza de ballenas, el Gobierno gasta muchos más billones de yenes como parte de las ayudas al extranjero a la hora de reclutar países y votos que les respalden en la Comisión Ballenera Internacional.
(Greenpeace, 08/03/2009)